Durante el viaje una frase que se repetía con frecuencia en nuestras conversaciones era "Tendríamos que hacer un post sobre..." según se nos iban ocurriendo ideas que pudieran ser de utilidad a otros que se animaran a lanzarse a un viaje parecido. Pero como ocurre con la mayoría de estas cosas, uno luego nunca sabe por dónde empezar.
Tras varios días eligiendo tema me he quedado con uno de los omnipresentes en casi cualquier viaje: el dinero. Cuando en años anteriores nos hemos marchado era bastante fácil, un fajo por aquí, otro por allá y las tarjetas en otro lado. Organizarse con el dinero cuando sólo vas a a estar 3 semanas fuera no es demasiado complicado. Pero claro, cuando te lo planteas para un año, te faltan michelines para esconder los euros.
Lo primero y más lógico, buscar en internet. El problema es que como la mayoría de foros sobre viajes de este estilo están escritos por australianos, americanos o británicos, las soluciones que ellos daban no me servían de mucho. Me harté de leer sobre comisiones y productos de bancos que ni siquiera sabía que existían, y que, por supuesto, no tenían oficina en España. Cuando descarté a los viajeros anglosajones y reorienté mi búsqueda al terreno patrio, me encontré con el blog de Héctor Yagüe, donde leí que al final del viaje se encontró con que había pagado 500$ de comisiones. Glubs. Siendo yo bastante devota de la Virgen del Puño Cerrado, y reavivándoseme la fe cada vez que el banco me cobra algo, me pasé la siguiente semana intentando evitarnos una desagradable sorpresa al final del viaje.
Lo que resultó de esa semana de indagaciones fue el sistema que hemos utilizado y, que según mis cálculos, no nos ha ido mal. Este ha consistido en una mezcla de cheques de viaje AMEX, tarjeta Citibank y 2 tarjetas VISA.
- Cheques de viaje: cuando mencionas que los llevas hay gente que te pone cara de "pero chica, si eso es de otro siglo". Y razón no les falta, pero si entrar en el nuevo siglo me va a costar un 4% de comisión que se queda mi banco cuando saco con la tarjeta en el extranjero, casi que me quedo en el anterior.
Los cheques de viaje tienen ventajas e inconvenientes, como cualquier otro sistema, pero a nosotros nos han venido de perlas. El mayor problema es que te cobran comisión al emitirlos y al cambiarlos.
La primera comisión se evita solicitándolos en Caja España, que los vende sin cobrártela y sin necesidad de ser cliente (comprobado en oficina). Yo, después de hablar con Caja España y como me pedían llevar el dinero en efectivo a la oficina y me daba pereza, llegué a un acuerdo con mi banco y me vendieron 5.000 € en cheques cobrándome 6 € de comisión (lo normal hubieran sido unos 50€).
La segunda también es evitable en muchos casos, ya que AMEX publica una lista de las entidades que cambian sus cheques sin comisión en todo el mundo. Esto tiene su truco, ya que algunas no te la cobran , pero el cambio a la moneda local es peor, y conviene darse una vuelta por varios sitios de cambio para ver qué sale más a cuenta. Normalmente, en el caso de que te cobren alguna comisión por cambiarlos es muy raro que llegue al 2% (la mayoría de los sitios donde he cambiado en el sureste asiático te cobran un 1% del valor del cheque).
La mayor ventaja de los cheques es que si te los roban o los pierdes, te los reemplazan. Simplemente hay que llevar una cuenta de los que llevas gastados y los que te quedan, con los números de serie correspondientes. Por suerte no nos han robado ninguno, así que no puedo valorar si el servicio que da AMEX es bueno o malo.
También recomendaría comprar algunos cheques en dólares. Hay países, como Camboya, en los que la mayoría de los sitios habrás de pagar en dólares, con lo que al final acabarás cambiando tus cheques en euros a dólar. Como el cambio que te va a hacer tu banco aquí es mejor que el que te hace el cambista de Siem Reap, te conviene llevarlos desde aquí en dólares. De hecho, también va bien llevarse algunos dólares en efectivo, sobre todo si al principio del viaje vas a pagar las visas de algunos países.
- Tarjeta de débito Citibank: mi idea era llevar una tarjeta de débito de un banco que tuviera oficinas por todo el mundo, para, en el caso de sacar dinero, no pagar comisiones. Al final me quedé con Citibank, pero es posible que haya otros que sirvan igualmente, o mejor. El caso es ahorrarse el dichoso 4% que a mí me traía de cabeza.
Me abrí una cuenta, metí otros 5000 €, y como en Japón tenían oficinas probé si mi invento había funcionado. Efectivamente allí no me cobraron ninguna comisión y el cambio que me hacían era parecido al que me daba mi otro banco. El tiempo que estuvimos en Tokyo fue el método que utilicé para tener efectivo, así como en Australia, Singapur, Malasia y Tailandia. Citibank tiene en su web una lista de todas sus oficinas y simplemente me la imprimía antes de llegar a un país. Por suerte, menos en el caso de Kuala Lumpur, todas eran bastante céntricas.
Para que no parezca que las comisiones me las llevo yo, pero de Citibank, también diré que el servicio que me han dado es bastante malo y que pese a tener una red mundial de oficinas, funcionan de forma aislada y si les hablas de tu cuenta en España siempre te dan la misma respuesta "Esa cuenta es de otro país y en mi base de datos no aparece".
- Tarjetas de crédito VISA: Una de crédito normal y otra ORO. La VISA ORO era nuestra lancha hinchable. La contratamos porque si nos la robaban o la perdíamos nos la reemplazaba en 24 h, pero como ni lo uno ni lo otro ha sucedido, poco la hemos utilizado. El seguro que incluye era más completo que la normal y cubre más cosas en compras o pagos de billetes de avión. La otra VISA, la normal, es la que hemos utilizado para pagar en comercios. Conviene comprobar antes de salir que tu acceso a la web de tu banco funciona perfectamente, porque querrás ir consultando que no te hagan cargos indebidos.
Al final, y siempre según mis cálculos, me salen unos 200-250 € de comisiones entre los dos en 9 meses de viaje. Me habría gustado que la cifra fuese más baja pero podría haber sido peor.
Mr. Scrooge me dice que lo que me he ahorrado por un lado me lo he gastado con creces por el otro. Y yo digo, pues claro, para que se lo quede el banco me lo gasto yo, qué leches. Mira, ya tengo título para el post.