Cuando el otro día contaba que me habían puesto en el parvulitos del japonés, mi amiga Susana me preguntaba si nos harían troquelar letras con un punzón y cosas similares. Lo que entonces parecía un chiste resulta que no anda tan alejado de la realidad como yo pensaba.
A lo largo del curso se suponía que íbamos a tener una actividad que se realizaría fuera del horario de clase. Yo me imaginaba, no sé, unas clases de ikebana o un taller de sumo. Pensaba que sería el equivalente japonés a ir a un tablao flamenco, y me veía dando patadas al aire o doblando cisnes en papel.
Bueno, pues el otro día nos entregaron el comunicado que anunciaba la fecha y la actividad y ni lo uno ni lo otro: visita de dos días a una escuela de cerámica. Uno de ellos sólo a mirar y el otro nos dejarán hacer una taza. Eso sí, sin asa, y esto lo ponía en letras gordas y negrita. SIN ASA! Es que lo del asa ya se debe pasar de peligroso.
El día de ir a mirar pero no tocar fue la semana pasada. Con decir que en la sala había tres abuelillas y mi clase lo digo todo. El profesor molón de mi escuela (es el que más laca lleva), el sensei Hasegawa, nos acompañó y nos dio una explicación muuuy larga en un japonés que nadie entendió. Luego nos dijo, hale, para casa, y esto ya lo entendimos todos y nos fuimos.
Y es que el sensei Hasegawa no habla una palabra de inglés. El resto de mis profesores tampoco. Pero es que aunque lo hablaran tampoco serviría de mucho. La mitad de mi clase tampoco lo entiende. En toda la escuela sólo hay una persona que habla inglés y nos hace de contacto con el personal a los alumnos que hablamos inglés. También hay otra persona que habla chino y coreano, y es el que sirve de traductor al resto. Y en mi clase hay una ukraniana que a nadie entiende, porque sólo habla ruso.
El hecho de que las clases sean exclusivamente en japonés tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Las primeras son evidentes, aprendes mucho más, pero también hay cosas que con inglés de por medio se podrían resolver más rápidamente y que al tenerlo que hacer en japonés se alargan un montón y algunos detalles se quedan sin explicación.
En clase yo tengo como compañera a Nam, una chica coreana de mi edad que ha venido a Japón con un plan parecido al mío. Habla muy poquito inglés y tenemos que explicarnos la vida en japonés. Yo cada día me preparo lo que me haya pasado en el día anterior para contárselo, pero claro, con lo poco que puedo decir parece que las historias me las escribe el guionista de Barrio Sésamo. Ella con su diccionario y yo con la Nintendo nos vamos traduciendo la una a la otra y bueno, al final nos comunicamos. Eso sí, estoy convencida de que acaba igual de frustrada que yo, porque yo creo que nos caemos bien mutuamente y nos gustaría poder hablar de más cosas.
La procedencia del resto de la clase es de lo más variado. Hay dos chinas, dos taiwanesas, una tailandesa, dos coreanos, dos ukranianas, un vietnamita, un americano, un inglés y un francés (esto parece un chiste).
Yo creo que he tenido suerte, no sólo con la academia, sino con mis compañeros también. Pensaba que me tocaría en una clase de adolescentes recién salidos de los USA, y con los humos que da la edad y la nacionalidad, y cuando vi donde me había tocado respiré aliviada. Durante el viaje mis simpatías por los anglosajones han caído en picado y me apetecía evitarlos a toda costa, y hasta en eso he tenido suerte, porque de dos que hay en clase uno es muy majo.
También estoy contenta con las tres profesoras que tengo. Van explicando a buen ritmo, son agradables y han tenido varios detalles de los que te hacen pensar que se toman en serio su trabajo.
En fin, aquí pongo la foto que nos hicieron el otro día antes de ir a la exposición de cerámica. A mí, teniendo en cuenta que las ukranianas son bastante identificables, es fácil verme y mi compañera es la que está tan seria delante mío. A la izquierda, en una postura bastante incómoda, la sensei Hashimoto, mi profe. El resto, a repartir entre los países que he mencionado antes. Desde luego, si nos ve Toscani nos saca en una campaña de Benetton.