Como el equipo Asiasido ha cambiado temporalmente la mochila del Decathlón por la BabyBjörn, no nos queda más remedio que, para pasar el tiempo, sacar los álbumes de fotos, contar batallitas a los pocos amigos que aún se dejan e intentar dar recomendaciones a aquellos que tampoco las han pedido. Vaya, que estamos que hay que querernos.
Este mes, aprovechando el subidón de un viaje casi relámpago a Japón que haré en breve, he decidido desempolvar el blog para una cosa que llevaba tiempo queriendo escribir: una mini-guía sobre Tokio. Una que no incluye Shinjuku, ni Asakusa ni todos los sitios que ya has visitado la primera vez que has ido. No, ésta es una de la cara b de Tokio, la de los barrios que están un poco más allá del neón.
Ahí van mis favoritos:
KICHIJOJI
Mi favorito y de visita obligada. Es difícil explicar el atractivo de este barrio pero es uno de los preferidos de los tokiotas para vivir. Tiene cafés, tiendas, zonas para pasear y, en general, ese aire de barrio que no existe en otras zonas como Shinjuku y Shibuya.
Si tomamos como referencia la estación de la JR del mismo nombre, al norte hay una gran zona comercial, no muy distinta a la que encontraríamos en otros barrios. Al sur, el parque Inokashira, y al oeste la zona con más atractivo del barrio, llena de pequeños cafés y tiendas zakka. Si a uno le dan las piernas y el espíritu puede, atravesando el parque Inokashira, ir andando al Museo Ghibli (aunque para visitarlo hay que comprar la entrada con bastante anticipación). También está la posibilidad, más molona si cabe, de seguir en tren hasta la siguiente estación, Mitaka, y de ahí coger el Catbus hasta el museo.
También, saliendo del tren y siguiendo las vías hacia el este, encontramos el Hattifnatt Café, que por sí solo merece una visita a Kichijoji. Aquí podéis ver el interior: Hattifnatt Café
KOENJI
Aquí está el otro Hattifnaff Café, que parece sacado de una película del estudio Ghibli. En este barrio lo interesante es la calle que de norte a sur atraviesa la estación. Si la seguimos hacia el sur, al principio nos encontraremos los típicos comercios de barrio, pero más adelante se convierte en la meca de las tiendas de segunda mano. Sobre todo ropa, pero también venden chorradas de los 70-80 a precio de oro. También hay algunos cafés interesantes y, al final, una tienda de todo a 100 bastante grande. De los 3 meses que pasé en Koenji viviendo, no conseguí encontrar nada vintage ni remotamente retro que me gustase, pero sí un montón de tonterías del todo a 100. En cualquier caso, la calle da para horas de ver cosas que ni siquiera sabías que existían.
NAKANO
A unas paradas de Shinjuku hacia el oeste, al norte de la estación de Nakano, está Nakano Broadway. Es la versión pequeña y antigua del Akihabara friki. No hay electrónica pero sí pequeñas tiendas, entre ellas un mini Mandarake con una entrada que es para caerse de culo. Venden manga, figuras, peluches y todo lo que suelen tener en las tiendas otaku. Algunas son tiendas bastante antiguas, así como los mangas que venden a unos precios prohibitivos. Yo ni soy muy aficionada al manga ni colecciono figuras, pero el tiempo que estuve viviendo en Nakano me era imposible pasar un día sin ir a cotillear al Nakano Broadway.
Para encontrar el Nakano Broadway solo hay que seguir la calle comercial que empieza en la salida norte de la estación hasta el final. A ambos lados de esta calle hay restaurantes, sobre todo en la calle paralela hacia el este. Y justo enfrente de la estación hay un puesto de taiyaki, que son unos dulces con forma de pez rellenos, tradicionalmente de azuki, pero también de crema o chocolate.
NIPPORI-YANAKA-SENDAGI
A primera vista, cuando uno baja del tren, Nippori parece otro de esos anodinos barrios tokiotas donde no hay mucho que ver ni hacer. En las últimas visitas a Tokio siempre he reservado un día para venir aquí y recorrerlo, intentando explorar cada vez una zona nueva.
Todo empezó con un número de la revista Tokyo Sanpo (Paseo por Tokyo) que se publica creo que mensualmente, y que sugiere rutas por barrios de Tokyo, a veces no muy conocidos, señalando puntos de interés y sitios donde comer/comprar o curiosear/tomar café. Aunque está en japonés también es interesante tenerla aunque no se conozca el idioma ya que, con ayuda del mapa que contiene y las fotografías, muchas veces es posible encontrar los lugares que recomienda.
A Nippori los guiris solemos llegar para comprar en la famosa Nippori Textile Town. Saliendo de la estación hacia el nor-este, cruzando la plaza y continuando por la avenida que queda más al este, nos encontramos con una sucesión de tiendas dedicadas a la costura. Montones de telas, hilos, apliques, botones, etc... Si tienes una máquina de coser y vienes a Tokio, fácil es que pierdas los ojos y la cartera aquí. Los precios suelen ser mejores que en los grandes almacenes o en las cadenas textiles que hay en el centro y hacen bastantes ofertas de fin de rollo o packs de retales. Una vez compres aquí ya no querrás comprar nada en España. Primero porque el género es mucho más bonito y hay miles de diseños, y segundo porque no hay mostradores, solo pisos y pisos de estantes con rollos de tela que podrás sacar y toquetear sin encontrarte un dependiente malencarado por medio.
Como tarde o temprano has de salir de la Textile Town, si quieres seguir recorriendo el barrio lo mejor es dirigirse de vuelta a la estación y cruzar a la parte sur-oeste. Lo primero que encontramos es el cementerio de Yanaka que, especialmente en la época en la que florece la sakura (cerezo), merece una visita. Hay 3 cosas que definen este cementerio: la abundancia de gatos (aunque ahora está prohibido, los tokiotas tenían costumbre de deshacerse de camadas de gatos en este cementerio), la parte dedicada a la familia de shoguns Tokugawa (el cuerpo del último shogun Yoshinobu Tokugawa está en este cementerio) y las ruinas de la pagoda de 5 pisos que hay camino del templo Tenno-ji (ardió en los años 50 porque unos enamorados, él casado, se suicidaron quemándose dentro).
Saliendo del cementerio por la parte oeste, casi a la entrada de la estación JR, está Yanaka Ginza. Los vecinos, con mucho sentido del humor, le han llamado así a la calle comercial del barrio, en referencia al famoso Ginza de tiendas de lujo y restaurantes caros. A la vez han aprovechado el tirón que tienen los gatos en Japón y los han convertido en el tema de comercios y cafés.
Evitando la calle principal, si caminamos entre Yanaka-Sendagi-Nezu nos encontraremos con calles de casitas bajas y pequeños negocios. Todo muy bucólico. En ese tramo también está la casa de Natsume Soseki, en la que se dice escribió "Soy un gato".
Si por entonces no se te han caído las zapatillas a pedazos, aún se puede continuar andando hasta Ueno y visitar el Museo Nacional, al que ya estás corriendo a ver si no has ido aún.
SHIMOKITAZAWA
Si eres tokiota y tienes una banda, fácil es que te muevas mucho por este barrio. Al sur de la estación montones de clubs con música en directo, tiendas de discos y de todo lo que consumen a los que les atrae lo anterior. Al norte, todo un poco más dedicado al hipster comodón, con cafés, bares, tiendas vintage, pero también Muji y comercios de cadena. En cualquier caso merece una visita por la tarde más que por la mañana. La hora punta de conciertos no son las 10, como en España. Allí es bastante frecuente que las actuaciones sean a las 7-8 de la tarde, con lo que a esa hora hay bastante actividad en el barrio.
Yendo con un poco de tiempo, si andamos hacia el sur, antes de llegar a la estación Setagaya-Daita, nos encontramos con la Shiro Hige's Cream Puff Factory, donde podemos comprar unos buñuelos con forma de Totoro que da una pena tremenda comerse.
JIMBOCHO
Es el barrio de los libros. Y de las tiendas de deporte (sobre todo de invierno), aunque suene a broma. Aunque no se entienda ni papa de japonés, merece la pena recorrer las tiendas de libros de segunda mano y cotillear las revistas de los 70, los mapas antiguos de Tokio y las reproducciones de ukiyo-e. No está lejos de Akihabara y cogiendo el metro desde Iwamotocho se llega en un pispás.
JIYUGAOKA
A alguien se le ocurrió, y acertó de pleno, que diseñar un barrio en Tokio con aire europeo sería un exitazo. Le puso calles que podrían estar sacadas de Amsterdam y negocios con un tufillo escandinavo onmipresente y en dos minutos se le llenó de parejas jóvenes/modernas/gafapasta nipón y con dinero en el bolsillo para gastar. Por si aún no queda clara la idea, añado que hay una zona comercial llamada La Vita, que es una especie de Little Venecia, con sus canales y sus góndolas. Es un engendro que no te puedes perder.
Para aprovechar el viaje al sur de Tokio recomiendo una parada en Meguro para visitar el Museo de parasitología. No es muy grande pero a mí la visita me pareció súper interesante. Para ir hay que salir de la estación de Meguro hacia el oeste, seguir la avenida principal que la cruza y andar unos 10 minutos. En Meguro hay además bastantes museos y galerías, con lo que no está de más echar un vistazo a la programación cultural de Tokio para ver si coincide con alguna que nos interese.
SUGAMO
Le llaman el Harajuku de los abuelos. Es un sitio genial para comprar souvenirs porque encuentras detalles (furoshiki, calcetines, tonterías para la casa) a precios más económicos que en las tiendas del centro. Hay muchas tiendas que te dan a probar comida y, si tienes suerte, hasta puedes pillar una actuación de Enka (que será el equivalente de la copla en Japón. Más o menos). Como Sugamo está en la linea Yamanote, a medio camino entre Ikebukuro y Ueno, es un buen sitio donde parar si tienes un rato entre una zona y la otra.
Y ya para terminar tres recomendaciones:
- Visitar el Monte Takao, especialmente si viajas en el mes de noviembre-principios de diciembre, cuando las hojas de los árboles están rojas (kooyoo en japonés). Evita los fines de semana si no quieres tener que hacer cola para comer, ya que es un sitio típico para ir en otoño. Y aprovecha para comer tororo soba (soba con una pasta de batata dulce) o kinoko soba (soba con setas).
- Hacer coincidir tu viaje con la Tokyo Design Festa. Es un evento que se celebra 2 veces al año, mayo y noviembre, en el Tokyo Big Sight y reúne a cientos de ilustradores, artesanos, diseñadores, la mayoría con producciones muy pequeñas y totalmente amateurs. También hay actuaciones musicales y performances. Dura un fin de semana y visitarlo requiere un día entero, pero merece la pena.
- Si quieres visitar un onsen, Niwa no yu es una buena opción en Tokio. Está en la zona zona norte, en la estación de Toshimaen. Tiene onsens (con agua caliente natural) pero también una piscina climatizada (llevar bañador porque esta zona es mixta), amén de restaurante, tienda de recuerdos, salas para relajarse y hasta un siestódromo con luz tenue y sillones reclinables. La entrada son unos 2400 yenes, pero a partir de las 6 de la tarde cuesta la mitad y no cierra hasta las 23 h. Después de un día de patear Tokio es para morirse de gusto. En la estación de Takaido hay otro onsen, Utsukushi no yu, más pequeño que éste y más económico que también sirve para matar el gusanillo. Yo solía ir en una época que vivía cerca. Tiene unos baños exteriores que por la noche, en los meses más fríos, son una maravilla. Eso sí, a media tarde es un poco gallinero.
Este mes, aprovechando el subidón de un viaje casi relámpago a Japón que haré en breve, he decidido desempolvar el blog para una cosa que llevaba tiempo queriendo escribir: una mini-guía sobre Tokio. Una que no incluye Shinjuku, ni Asakusa ni todos los sitios que ya has visitado la primera vez que has ido. No, ésta es una de la cara b de Tokio, la de los barrios que están un poco más allá del neón.
Ahí van mis favoritos:
KICHIJOJI
Kichijoji |
Si tomamos como referencia la estación de la JR del mismo nombre, al norte hay una gran zona comercial, no muy distinta a la que encontraríamos en otros barrios. Al sur, el parque Inokashira, y al oeste la zona con más atractivo del barrio, llena de pequeños cafés y tiendas zakka. Si a uno le dan las piernas y el espíritu puede, atravesando el parque Inokashira, ir andando al Museo Ghibli (aunque para visitarlo hay que comprar la entrada con bastante anticipación). También está la posibilidad, más molona si cabe, de seguir en tren hasta la siguiente estación, Mitaka, y de ahí coger el Catbus hasta el museo.
También, saliendo del tren y siguiendo las vías hacia el este, encontramos el Hattifnatt Café, que por sí solo merece una visita a Kichijoji. Aquí podéis ver el interior: Hattifnatt Café
KOENJI
Hattifnatt Cafe en Koenji |
NAKANO
Escaparate de Nakano Broadway |
Para encontrar el Nakano Broadway solo hay que seguir la calle comercial que empieza en la salida norte de la estación hasta el final. A ambos lados de esta calle hay restaurantes, sobre todo en la calle paralela hacia el este. Y justo enfrente de la estación hay un puesto de taiyaki, que son unos dulces con forma de pez rellenos, tradicionalmente de azuki, pero también de crema o chocolate.
NIPPORI-YANAKA-SENDAGI
A primera vista, cuando uno baja del tren, Nippori parece otro de esos anodinos barrios tokiotas donde no hay mucho que ver ni hacer. En las últimas visitas a Tokio siempre he reservado un día para venir aquí y recorrerlo, intentando explorar cada vez una zona nueva.
Todo empezó con un número de la revista Tokyo Sanpo (Paseo por Tokyo) que se publica creo que mensualmente, y que sugiere rutas por barrios de Tokyo, a veces no muy conocidos, señalando puntos de interés y sitios donde comer/comprar o curiosear/tomar café. Aunque está en japonés también es interesante tenerla aunque no se conozca el idioma ya que, con ayuda del mapa que contiene y las fotografías, muchas veces es posible encontrar los lugares que recomienda.
A Nippori los guiris solemos llegar para comprar en la famosa Nippori Textile Town. Saliendo de la estación hacia el nor-este, cruzando la plaza y continuando por la avenida que queda más al este, nos encontramos con una sucesión de tiendas dedicadas a la costura. Montones de telas, hilos, apliques, botones, etc... Si tienes una máquina de coser y vienes a Tokio, fácil es que pierdas los ojos y la cartera aquí. Los precios suelen ser mejores que en los grandes almacenes o en las cadenas textiles que hay en el centro y hacen bastantes ofertas de fin de rollo o packs de retales. Una vez compres aquí ya no querrás comprar nada en España. Primero porque el género es mucho más bonito y hay miles de diseños, y segundo porque no hay mostradores, solo pisos y pisos de estantes con rollos de tela que podrás sacar y toquetear sin encontrarte un dependiente malencarado por medio.
Cementerio de Yanaka |
Saliendo del cementerio por la parte oeste, casi a la entrada de la estación JR, está Yanaka Ginza. Los vecinos, con mucho sentido del humor, le han llamado así a la calle comercial del barrio, en referencia al famoso Ginza de tiendas de lujo y restaurantes caros. A la vez han aprovechado el tirón que tienen los gatos en Japón y los han convertido en el tema de comercios y cafés.
Tienda gatuna en Yanaka Ginza |
Si por entonces no se te han caído las zapatillas a pedazos, aún se puede continuar andando hasta Ueno y visitar el Museo Nacional, al que ya estás corriendo a ver si no has ido aún.
SHIMOKITAZAWA
Si eres tokiota y tienes una banda, fácil es que te muevas mucho por este barrio. Al sur de la estación montones de clubs con música en directo, tiendas de discos y de todo lo que consumen a los que les atrae lo anterior. Al norte, todo un poco más dedicado al hipster comodón, con cafés, bares, tiendas vintage, pero también Muji y comercios de cadena. En cualquier caso merece una visita por la tarde más que por la mañana. La hora punta de conciertos no son las 10, como en España. Allí es bastante frecuente que las actuaciones sean a las 7-8 de la tarde, con lo que a esa hora hay bastante actividad en el barrio.
Yendo con un poco de tiempo, si andamos hacia el sur, antes de llegar a la estación Setagaya-Daita, nos encontramos con la Shiro Hige's Cream Puff Factory, donde podemos comprar unos buñuelos con forma de Totoro que da una pena tremenda comerse.
JIMBOCHO
JIYUGAOKA
A alguien se le ocurrió, y acertó de pleno, que diseñar un barrio en Tokio con aire europeo sería un exitazo. Le puso calles que podrían estar sacadas de Amsterdam y negocios con un tufillo escandinavo onmipresente y en dos minutos se le llenó de parejas jóvenes/modernas/gafapasta nipón y con dinero en el bolsillo para gastar. Por si aún no queda clara la idea, añado que hay una zona comercial llamada La Vita, que es una especie de Little Venecia, con sus canales y sus góndolas. Es un engendro que no te puedes perder.
Para aprovechar el viaje al sur de Tokio recomiendo una parada en Meguro para visitar el Museo de parasitología. No es muy grande pero a mí la visita me pareció súper interesante. Para ir hay que salir de la estación de Meguro hacia el oeste, seguir la avenida principal que la cruza y andar unos 10 minutos. En Meguro hay además bastantes museos y galerías, con lo que no está de más echar un vistazo a la programación cultural de Tokio para ver si coincide con alguna que nos interese.
SUGAMO
Le llaman el Harajuku de los abuelos. Es un sitio genial para comprar souvenirs porque encuentras detalles (furoshiki, calcetines, tonterías para la casa) a precios más económicos que en las tiendas del centro. Hay muchas tiendas que te dan a probar comida y, si tienes suerte, hasta puedes pillar una actuación de Enka (que será el equivalente de la copla en Japón. Más o menos). Como Sugamo está en la linea Yamanote, a medio camino entre Ikebukuro y Ueno, es un buen sitio donde parar si tienes un rato entre una zona y la otra.
Y ya para terminar tres recomendaciones:
- Visitar el Monte Takao, especialmente si viajas en el mes de noviembre-principios de diciembre, cuando las hojas de los árboles están rojas (kooyoo en japonés). Evita los fines de semana si no quieres tener que hacer cola para comer, ya que es un sitio típico para ir en otoño. Y aprovecha para comer tororo soba (soba con una pasta de batata dulce) o kinoko soba (soba con setas).
Tokyo Design Festa |
- Si quieres visitar un onsen, Niwa no yu es una buena opción en Tokio. Está en la zona zona norte, en la estación de Toshimaen. Tiene onsens (con agua caliente natural) pero también una piscina climatizada (llevar bañador porque esta zona es mixta), amén de restaurante, tienda de recuerdos, salas para relajarse y hasta un siestódromo con luz tenue y sillones reclinables. La entrada son unos 2400 yenes, pero a partir de las 6 de la tarde cuesta la mitad y no cierra hasta las 23 h. Después de un día de patear Tokio es para morirse de gusto. En la estación de Takaido hay otro onsen, Utsukushi no yu, más pequeño que éste y más económico que también sirve para matar el gusanillo. Yo solía ir en una época que vivía cerca. Tiene unos baños exteriores que por la noche, en los meses más fríos, son una maravilla. Eso sí, a media tarde es un poco gallinero.