Parece que el trabajo de acercamiento cultural que Carol está haciendo por Tokio da sus frutos y las relaciones entre el país naciente y España son cada vez más estrechas. Nosotros les hemos enviado a los Reyes, la recesión, y a Carol, y ellos contraatacan enviándonos a Shin Chan de visita a Barcelona:
Si congelais la imagen en el minuto 3 y 21 segundos podreis ver en primer plano a dos tipos muy parecidos a Dali y Picasso, y un poco más al fondo, a la izquierda, a Pascual Maragall. Lo del Pascual al parecer tiene su historia... Según nos han hecho saber fuentes bien informadas, todo empezó cuando la Generalitat y el ayuntamiento negociaban la financiación de la película de Woody Allen, hace ya unos añitos. Por entonces el Pascual, pese a las constantes sugerencias y las múltiples cabezas de caballo que le hacían llegar sus compañeros de partido, no se había retirado, y todavía tenía un último plan para pasar a la historia: ser el primer presidente de la Generalitat en conseguir un Oscar al mejor guión original. Por desgracia para él las negociaciones con Woody Allen se complicaron y este no sólo no aceptó el guión del Pasquis, sino que además, en una decisión muy polémica y muy poco respetuosa con las aspiraciones del pueblo catalán, exigió que el papel de protagonista lo hiciera un madrileño, Javier Bardem, en lugar del propio Pascual. Fue un duro golpe que acabó por desmoralizar al presidente y que finalmente causó su dimisión, sintiéndose abandonado por los compañeros de partido que se habían puesto del lado del newyorkino. Las conversaciones para pactar el adiós fueron duras. Montilla, como desagravio, concedió al ex-alcalde olímpico su compromiso de colocarle en alguna gran obra audiovisual. A cambio, el bigotes se comprometió a no largar sobre asuntos turbios como el truculento final de Cobi (Se dice que su cadaver se hizo "desaparecer" en los cimientos de la nueva Diagonal Mar. Al parecer formaba parte de una trama de especuladores inmobiliarios que acabaron descontentos con algún asuntillo.)
Al final la cosa quedó como quedó. Maragall asistió a la premiere de la obra en el salón de su casa, junto con Carod Rovira y algún que otro amiguete. Diana Garrigosa les hizo bocatas de nocilla y mortadela a todos, le quitó los bordes al pan bimbo (exigencias del Carod), les preparó una jarra con Tang y les recogió el SuperpistaLooping para que no tapara la pantalla. Dicen que cuando el Pasquis se vió en la tele se le saltaban las lágrimas de la emoción. "Ara sí!!! Supera aquesta, Kuato!"
2 comentarios:
Uf, no se que opilar de este post... es que es leer la palabra Carot y ya me da repelus.
Oye, Al, que siento lo de tu bizcocho. Por cierto, me han dicho que si le añades una cucharadita de canela también queda muy rico.
maldito bizcocho.... yo creo que no me sale porque ya le he cogido manía..
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