He venido a Tokio en misión especial. Oficialmente la visita es para averiguar dónde demonios escondió Carol el cortauñas de los gatos, que me tienen destrozadito, y si es posible, a que me explique como se para la lavadora, que lleva ya dos meses dando vueltas y está a punto de aprender a abrir la puerta de la cocina y veo que nos va a abandonar. Pero en realidad a lo que he venido es a traficar con jamón serrano, yemas de Santa Teresa, polvorones y salchichón de El Corte Inglés.
Siguiendo las instrucciones de Carol me compré una maleta bien gorda en el Alcampo, puse dos camisetas (para disimular), tres sobres de paletilla ibérica , tres salchichones de los buenos, un kilo de polvorones y dos cajas de dulces. Menos el jamón, que era para ella, el resto era para sobornar a sus profesores y a la señora Pakki, la casera. En el cole no se como va, pero en la Casa parece que la canadiense está a punto de aliarse con los thais para nominarla, y como Vero acaba de abandonar necesita aliados desesperadamente. Total, que allí voy yo con mi maleta vacía (tiene que quedar sitio para llenarla de tooooooodo lo que se ha comprado Carol) y dos salchichones haciendo tolón tolón camino del aeropuerto. El viaje no fue mal del todo porque aterrizamos sin incidentes, pero al parecer alguien llevaba la ventanilla abierta, a mi me dio el relente, y llegué a Narita un poco descompuesto. En el aeropuerto me debieron ver la mala pinta y un señor muy educado y con pinta de tontín me preguntó que si llevaba armas, drogas y no se que más. Le dije a todo que no, creo, pero aún así me hizo abrir el maletón y allí estaba el jamón, diciendo “requísame”. El guardia revisó el resto de la maleta, pero al parecer el salchichón y los polvorones no le parecieron sospechosos (o no le apetecían), así que sólo sacó el jamón, me señaló hacia un tenebroso pasillo y me dijo “cuarentein, cuarentein”. Al fondo del pasillo se veían unos pies encima de una mesa y un cartel que ponía “Animal quarentein”, así que me fui para allá con los tres sobres de jamón del Alcampo de a 3,75 euros cada uno en la mano. El funcionario de turno se levanto muy rápido, vio el jamón, me vio a mi, volvió a mirar el jamón, leyó “ibérico” y allí perdí toda oportunidad de que colara. Muy compungido, me enseño un folleto con una tabla y me dijo “supein supein, ham ham, sanitary document required”. Como no tenía el certificado de seguridad sanitaria del Ministerio de Exteriores (siempre se me olvida pedirlo en el Alcampo) se me quedó el jamón. Estuve pensando en comérmelo todo allí mismo, pero tenía el estómago tan revuelto del viaje que no fui capaz, así que lo dejé allí, desamparadito en manos del nipón. Al volver a la cola de inmigración ya se había extendido el rumor y todos los funcionarios me decían “aquí, aquí”, pero yo muy habilmente me puse en la cola del de antes, que por lo menos ya sabía que el salchichón no le gustaba. Mientras esperaba, me asaltó otro funcionario y me pregunto si se me habían quedado el jamón. Le brillaban los ojos, y estoy seguro de que esa misma noche se autoinvitó a cenar en casa del de la cuarentena. Por suerte pasé sin mayor novedad y me fui directo en tren a la estación de Ikebukuro, donde me esperaba Carol.
Entre el jet-lag y el estado de mi estómago no me acuerdo de la mitad, pero me da la sensación de que nos encontramos en un café y que tras los “huyyy pero que pelos llevas” y otras carantoñas de rigor me llevó a un restaurante donde estaba comiendo con sus compañeros de clase, que son igualitos que unos que salen en las fotos de otros posts, y que hablaban muy raro (Carol dice que era japonés, pero yo creo que era pitufo). No se. Los dos días siguientes me los pasé entre el W.C. de la señora Pakky y el futón que me habían puesto en la habitación de Carol. Que asquito de jetlag y que asquito de comida de Finnair, seguro que compensan lo baratos que son los billetes con experimentos de guerra bacteriológica. Pero bueno, sobreviví, y ayer ya estaba lo suficientemente despierto como para dar vueltas por el barrio. Tokio sigue igual que el año pasado. Siguen haciendo casas en cuestión de una semana, los obreros siguen siendo como los clicks de famóbil, y las chicas siguen andando con los pies apuntando hacia dentro. Al volver de clase, Carol me pasó a buscar y en llevó a ver supermercados, que es lo que más me levanta el ánimo. El descubrimiento de este año han sido las manzanas. Salen a 1 euro la pieza, pero son tan grandes que no te las acabas, y tan jugosas que prácticamente te tienes que duchar si te la comes a mordiscos. Impresionante.
Al volver del super nos esperaba en casa Pakky la “Sayonara Party” que le dedicaban a Vero, que deja la casa hoy. Mercedes Milá no estaba, pero estaban todos los demás. A saber:
- La señora “Pakky”. Cincuenta años. Bajita. Sus hobbies: el castellano,y buscar novia a su hijo. Su frase preferida “Hoy no bebemos alcohol, que es lunes y mañana tenemos que trabajar”.
- El hijo de la señora Pakky. 20 años. Soltero.
- “Arale-chan”. Carol ya le puso en un post, pero yo me pensé que “se parecía”a la Arale, y no me enteré de que ella misma se llamaba Arale porque era clavadita al personaje del Dr Slump.
- El hijo de la Arale. 16 años. Gafas. Nickname: “TIGER” (léase, taigaa) No le dejaron beber cerveza.
- “El de mi izquierda”. Unos 45 años. No recuerdo como se llamaba, pero era fan del dr Slump, le tocaba cocinar en casa y sabía bailar y cantar la Macarena.
- La “Risotto”. Unos 45 años. Experta en origami y en pillar las bromas al vuelo, independientemente del idioma. Hablaba muy bien castellano. Por lo que nos dijeron, el nombre no se debe a que haga un arroz muy bueno, sino a que siempre veranea en “resorts” (léase “risottos”). “El de mi izquierda” decía que ellos siempre le hacían bromas con lo del arroz, pero no nos quedó claro si lo de los resorts era en serio o no.
- La Canadiense. Sin duda, la mala de la película. Por una vez Carol se ha quedado corta con las puyas, menuda elementa. Se presentó en la fiesta sin nada, encima se trajo a una amiga y ni siquiera ayudó a recoger. Se reía como la bruja mala del oeste.
- Vero, la que se iba. No le arañó a la canadiense de milagro.
- Nick. 22 años. Viene del norte de Inglaterra. Trabaja en Tokio de profesor de Inglés. Es el único de la casa al que nadie es capaz de entender, pese a que casi todos hablamos inglés.
- “El Polaco”. 30 años. Hace gimnasia. Llevaba camisa de seda y pantalones de pinzas. Se pasó la velada poniendo cara de actor polaco (igual en su país funciona) y tirando fotos con su cámara “pro” sin acordarse de sacar la tapa el 70% de las veces.
- Los Thai. El vale tanto para un roto como para un descosido. Cocina, pone música en el ordenador, canta en el karaoke... lo que haga falta. Ella es capaz de doblar el codo del revés y de bailar el “Sol solet” a ritmo de hiphop.
Pues esos son los personajes. Ah, y la señora Pakki, que no tiene un pelo de tonta, nos obligó a todos a ponernos japonés-restodelmundo-japonés-restodelmundo para que no hicieramos grupitos. A su hijo, casualmente, le tocó entre Vero y Carol. Al final resultó que no sólo era una Sayonara Party para Vero, sino que también fue una Welcome Party para mi, total, que nos empezaron a hacer regalos. A mi me tocaron unos calcetines del Doraemon, así que los borro de la lista de los Reyes Magos de este año.
Los cinco principales conceptos de sabiduría oriental que adquirimos en la cena fueron, de menor a mayor importancia, los siguientes:
- En Japón también llueve si canta Carol.
- Los de Osaka hablan raro, y dicen que ellos no son de Japón, que son de Osaka. Son especialistas en contar chistes, y los empiezan siempre con “saben aquel que diu...”
- Si en Japón dices “Ibérico” se escuchan a coro múltiples “ooooooooooooooooooooooooooooo” y “eeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee”s y todos se ponen de pie y aplauden y te felicitan y de repente el salchichón desaparece del plato.
- Si achinas un poco los ojos el japonés se entiende mucho mejor.
- “Pakki” significa en koreano “Cucaracha”, y en Thai, “mierda frita”. La señora Pakki jura que cogió el nick de una película que le gustaba, y que lo de “Pakki House” lo puso antes de saber lo que significaba. Los Thai que tenemos en casa también juran que no sabían el nombre de la casa hasta que llegaron.
Por cierto, en la cena cocinaron ellos.
P.D. Jano, me apunto lo de meter el jamón dentro de una ballena para disimular en la aduana.
P.D.2 El vídeo de Carol cantando el "Sol solet" ha sido vilmente censurado, pero la redacción ha conseguido una copia ilegal que igual envia a aquellos que lo pidan públicamente en el blog. Aviso que no tiene desperdicio.
9 comentarios:
me parto... quiero el video de "sol solet"!!!!!!!, prometo no publicarlo ni nada, ejem...
Al, pa cuanto tiempo has ido?
abrazos!!
Jo que país aquel. Todo el día de fiesta. Lo que no entiendo es porque vienen aquí entonces a buscarla.
Solo un apunte. Con todo lo que os habéis movido por el mundo, parece que no habeis aprendido nada. Para pasar el jamón sólo había que haberlo metido en una caja de polvorones.
Otra cosa, en esa supermaleta que has comprado para traer las cosas que ha comprado Carol, supongo que habrá algo para mi ¿no?, ;-)
Ejem .. quiero el vídeo....
Quiero el video... Estamos haciendo una promo los freakies de frikis y hace falta algo para la homepage
En el caso de remi es un guiri freak asi que imagina lo que esta preparando xD.
que palo lo del jamon, piensa que has hecho feliz a un monton de vigilantes y guardias y se acordaran de ti durante años, seras recordado como el de la barba y el jamon jojo.
bueno nos vemos cuando volvais, que ya hay ganas y tenemos muuuuucho de que hablar.
PD: mañana hay frikiparty en mi casa
JEJE piensa k lo del jamon podria haber sido peor yo en Milan tuve que soportar un intento de apropiarse del iberico y una exhibicion de mis bragas y sujetadores...totalmente humillante
saludos desde Burgos
Susana, en la supermaleta o en la cutremaleta, algo habrá.
Me pregunto si el jamón aún podemos recogerlo a la vuelta. Total si ha venido de España podrá volver...
El vídeo del Sol solet no verá la luz en este milenio, me temo. Pero con un par de cervezas no digo que no repita la tontería. Con tres hasta le añado coreografía.
joder... y tendré que ir a japon para esas cervezas?, si pagas tu voy, jeje.
Publiquen el video por favooor!!!
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