domingo, 20 de enero de 2008

La vida nocturna de Sydney

Después de llevar 3 noches durmiendo mal por culpa de un grupo de alemanes y holandeses que han decidido que las horas de silencio no son para ellos, esta mañana a primera hora me he plantado en recepción a pedir un cambio de habitación. La nuestra daba al patio, que es el sitio que los adolescentes del hostel han escogido para socializar. La chica de recepción, convencida primero por mi discurso y segundo por mis ojeras, nos ha cambiado a una habitación con 4 camas que se le ha quedado libre en la parte más tranquila del hostel. Aún así sigue habiendo ruido, pero más amortiguado que donde estábamos.

En los múltiples viajes que hemos hecho a la cocina y a los ordenadores del hostel en las horas de insomnio, yo notaba que a medida que iban pasando los días me cruzaba con más gente medio zombie. Mi teoría es que las primeras noches de ruido sólo dormimos mal los que dábamos directamente al patio, y que a medida que ha aumentado el jaleo, disminuía el número de personas que podían conciliar el sueño.

Hace un par de horas, a eso de las 11 y media, yo me he bajado a subir el post anterior a éste. Mientras consultaba el correo junto a un par de chicas, también somnolientas como yo, y uno de los sikhs, hemos empezado a oír gritos provenientes del patio. Desde donde estábamos no se entendía nada pero el tono era claramente agresivo. Yo hacía revisión mental de quién había visto en el patio al bajar y hacía mis apuestas, que estaban entre los sikhs y un grupo de 3 alemanes con pinta de neonazis, más que nada porque la voz era muy masculina y el resto de los que había no creo ni que hayan cambiado la voz todavía. El sikh que estaba a mi lado ha salido echando leches hacia el origen de los gritos, y yo me he sonreído, así para dentro, acordándome de lo del cuchillo debajo del turbante. Ahora que también estaba un poco acojonada, pero al darme cuenta de que estaba en el rincón de la habitación más alejado de la trifulca y pensar que si la bronca se desplazaba a la sala de ordenadores iba a ser la última en cobrar se me ha pasado un poco. Al tiempo iba cotilleando con Alberto, que estaba en la habitación encerrado bajo 7 llaves, por si las moscas. Al final el sikh ha vuelto a su silla, sin marcas visibles y con aspecto relajado. Yo he seguido a mi aire también, con la oreja puesta y Alberto ha salido de ronda por los pasillos por si se enteraba de algo, y cuando parecía que habíamos recobrado completamente la normalidad se ha abierto la puerta de la calle y han empezado a entrar policías a puñados. Ni uno ni dos, han venido ocho o nueve, como los soldados que hacían el registro en La vida de Brian, todos en fila, y cuando por fin la puerta de se ha cerrado tras el último, ha vuelto a abrirla el primero para ir saliendo. Los holandeses, alemanes y sikhs se han vaporizado al momento y cuando he salido al patio para ver cómo estaba la cosa sólo quedaban dos japonesas sorbiendo fideos en una mesa.

Al final una de las chicas que andaban por allí me ha contado que ha sido un vecino el que ha llamado a la poli y que los gritos que se oían no era una pelea, pero no tenía muy claro tampoco a cuento de qué venían. A ver si mañana nos enteramos de más. De momento hoy con todo el numerito y siendo ya casi las 2 de la mañana, calculo que hay un 60% del hostel levantado. Con un poco de suerte no están todos conectados a internet y me dejan un ordenador para subir este post.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Vaya tela con el Alfred Park Hostel:yo saldría echando leches pero veo que da para mucho !!!
¿En otro orden de cosas,ya estais echando músculo, ya habeis surfeado? (que bueno, ese especímen del Javi de Verano Azul merecía un vídeo, que risa..)
Un beso
Mari
Al's sister

avistu dijo...

¿Tapones para los oidos...? ¡Indispensables!...Y ya vereis los ruidosos que son chinos, indios, nepalíes...

Él (José)
(que os comprende perfectamente y sufrió lo suyo para poder dormir)

Carol dijo...

Mari,
Por suerte ahora han contratado a uno que pone orden por las noches. O eso creemos, porque vemos a uno haciendo ronda y ni chispa de ruido.

Avistu,
El dia que publicabamos esta entrada corria yo a la tienda a actualizar mi equipo antifiesteros. Los tapones que he usado eran de 21 decibelios y ahora me he comprado unos de 28. Espero que sean suficientes para chinos, indios y nepalies. Si no, probare a ponerme los 6 de la caja a la vez.

jose dijo...

Oh Dios mío! acabo de descubrir vuestro blog por casualidad y.... habéis estado en Ko Poda???? he reconocido el pedrusco de vuestra portada al instante!

Pasé 5 noches allí con mi novia, en una cabaña insfestada de arañas y tarántulas!!!! a ver si me puedes enviar un mensajito para confirmármelo.

Un abrazo. Me pongo a leer vuestro blog!