lunes, 14 de enero de 2008

Sydney, la capital del músculo

IMG_1744 Tras varios días haciendo el vago por Adelaide nos subimos a un avión de JetStar para venir a hacer el vago a Sydney. La verdad es que de los muchos cambios de ciudad que hemos hecho este es el que mejor se nos ha dado. Nos levantamos a las 6:30, a las 6:50 estamos en la puerta del hostal esperando el taxi, a las 6:55 nos recoge y a las 7 y poco llegamos al aeropuerto. Disfrutamos de unos megas de Internet gratis en el aeropuerto, desayunamos y nos subimos al avión. Un rato después estábamos en Sydney llamando al nuevo hostel (Alfred Park Hostel) para que vinieran a recogernos. En 20 minutos estábamos haciendo el chek-in, y por una vez han entendido bien nuestros apellidos, pero con truco, porque los que lo llevan son de Málaga. Para colmo, justo antes de hacer el checkin una pareja que estaba haciendo el checkout nos regalaba dos bonos de transporte público semanal que llegaban hasta las alrededores de Sydney y, más concretamente, hasta la playa de Manly, que es una de las más famosas aquí. A eso de la una de la tarde, tras un rato en tren y otro en ferry a través de la bahía de Sydney, ya estábamos tostándonos en la playa.

IMG_1703 La primera impresión de Sydney ha sido más que positiva, y lo de la playa ya ha sido el no va más. En los casi dos meses que llevamos en Australia hemos ido acumulando ganas de playa, pero no las hemos visto casi por ningún lado. O tenían medusas, o cocodrilos, o eran manglares o estaban a cientos de kilómetros. Y las tablas de surf sólo las habíamos visto en las tiendas. Pero en dos días que llevamos aquí ya nos hemos desquitado, primero en la playa de Manly y luego en la famosísima Bondi Beach. No están precisamente cerca del centro de Sydney, y no son las playas más bonitas del mundo, pero tienen un ambiente muy curioso que las hace irresistibles. Ambas están casi exclusivamente pobladas de gente joven, pero gente de los cinco continentes, cada uno con su estilo y su forma de vivir la playa. Desde los surferos japoneses a los pandilleros ¿samoanos?, la familia hindú o las ortodoxas israelís. Por haber hay hasta homeless playeros, una especie que no habíamos conocido aún y que nos ha parecido de lo más interesante.

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Pese a la diversidad, la primera sensación es que la playa está totalmente dominada por los megacachas. En Australia el culto al cuerpo es descomunal, tanto entre chicos como entre chicas, y lo de estar cuadrado parece estar al alcance de todo el mundo. En las playas la concentración de músculos es tan elevada que da casi risa. Debería dar miedo, pero cuando te das cuenta de que hasta los niños de doce años te pueden tumbar de un bofetón acabas por verle la gracia. Lo más curioso es que aquí estar cuadrado es tan normal que ha perdido el componente de chulería que suele llevar asociado, lo cual es de agradecer. Cuando se meten en el agua van dando saltitos sin ningún pudor, y cuando vienen olas gordas gritan casi tanto como las coreanas o se tiran en plancha como Manolito Gafotas. Un comportamiento que en España les dejaría automáticamente fuera del ranking de chulos playeros, pero que aquí está totalmente permitido. Entre tanto musculitos llaman la atención los vigilantes de la playa, que llevan un atractivo conjunto rojigualdo con gorrito decimonónico, y un aspecto de bibliotecario anémico bastante preocupante. Pese a todo, deben saber lo que se hacen, porque están constantemente dándole al silbato para alejar a los cachas de las corrientes. Y es que aquí no hay medusas ni tiburones, pero hay unas corrientes que se llevan al más pintado. En Manly sólo un 10% de la playa era apta para "nadar" y el resto quedaba para los surferos, que campaban a sus anchas. O por lo menos se paseaban con las tablas arriba y abajo, porque hacer surf no sabemos si hacían mucho, al menos en la cresta de la ola no vimos a casi ninguno. Como excepción a este magnífico y festivo ambiente playero debemos mencionar al supervillano de la playa, el tío del chiringuito de la Bondi Beach. Se trata del típico rubio macizo perdonavidas, algo así como el Javi de Verano Azul pero crecidito y en austral. Jamás hemos visto a nadie alquilar tablas de surf , tumbonas y manguitos con semejante aire de superioridad.

Como nos hemos dado cuenta de que aquí el sentido del ridículo no cuenta y de que nadie se va a fijar en nosotros nos hemos conjurado para alquilarnos una tabla para hacer el pollino con estilo el próximo día que vayamos a la playa. Seguiremos informando.

1 comentario:

Anónimo dijo...
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