domingo, 6 de abril de 2008

Aventuras en Borneo: Uncle Tan y Turtle Island

Tenía preparado un post póstumo y todo. Ya me imaginaba a los pescadores formando corrillo en un banco de arena del Kinabatangan para ver lo que salía de las tripas del cocodrilo que acababan de liquidar. Y la cara que pondrían cuando vieran que era un portátil, sorprendentemente conservado gracias a la magia de los ziplocks. Seguro que uno de ellos tendría un primo informático que encontraba el post póstumo en el disco y, conmovido, lo subía en nuestro nombre al blog y avisaba a la embajada. Pero como hemos vuelto intactos ya no puedo aprovechar nada del post y me toca rehacerlo de cero, y tengo mucho sueño y poco tiempo, así que voy a plagiar las notas del diario de Carol para acabar antes. No me lo tengais en cuenta.

 

1 Abril del 2008

Llegamos a Sandakan. La ciudad de entrada es bastante fea y sus habitantes son tan curiosos como tímidos. Nos siguen con la mirada al vernos pasar hasta que se deciden a decirnos "helooo", y acto seguido se escabullen entre risitas y no nos da tiempo casi a responderles. Nos alojamos en el London Hotel, céntrico, barato y mucho más cómodo de lo que esperábamos. Muy recomendable. Además, tiene varanos residiendo en el patrio trasero y se pueden ver desde la ventana de la habitación. Cenamos en ún KFC, lo único que vemos abierto.

Mañana del 2 de Abril del 2008

Dejamos una mochila gorda en el hotel y nos vamos con el resto a la estación de autobuses, donde buscamos el vehículo azul y blanco con el texto "Batu 16" que nos tiene que llevar hasta la estación base del "Uncle Tan", sita en el poblado "cercano" llamado Gum Gum. Llegamos a la estación a las 7:45 y a las 8 nos subimos en el autobús que nos indican, que no es el 16 pero por lo menos es azul y blanco. Llegamos a Gum Gum a eso de las 9:30, media hora más tarde de lo esperado. En el Uncle Tan nos dicen que el coche para el centro de orangutanes de Sepilok ya ha salido, pero nos consiguen otro y nos plantamos allí en cinco minutos. El centro nos parece poco recomendable. Desde el punto de vista del turista consiste en una pequeña pasarela que se adentra en la reserva hasta una orangutan estructura en la que dos guardas convocan a los orangutanes a base de bananas. Hay muchísima gente y la plataforma está relativamente lejos. Los orangutanes no son salvajes, sino que están en proceso de recuperación tras haber sido rescatados de dueños explotadores. En el Zoo de Singapur los pudimos ver más de cerca y mucho más rato, y si pagabas te dejaban tirarte una foto con ellos. En Sepilok parece que sólo aparecen a la hora de comer. Tras media hora de muchedumbre, los orangutanes y la mayoría de turistas se van y nos quedamos seis o siete personas en la cafetería. Nosotros esperando a que alguien del Uncle Tan nos venga a recoger, aunque se nos ha olvidado preguntar a que hora sería y también si venían a buscarnos o no. Tras dos horas de espera preguntamos a las dos únicas turistas que aún quedaban por allí si iban para el Uncle Tan y nos dicen que sí, y que nos pasarían a recoger a eso de las 12:30, o sea, ya.

Mediodía del 2 de Abril del 2008

adidas-kampung De vuelta a las oficinas del Uncle Tan iniciamos el contacto con nuestros compañeros de aventura, que se agolpan caóticamente en los bajos del edificio. Mientras unos arrasan con las bandejas de comida otros ven el partido de liga de campeones del Manchester. Nosotros intentamos sin éxito llamar por teléfono a la empresa Crystal Quest para reconfirmar la visita a la Turtle Island. Entre tanto, nos informamos de las condiciones del campamento de la jungla y nos hacemos con unas "Adidas Kampung" de goma en la tienda de al lado (las de la foto). Nos cuestan 2 euros, y por lo que nos dicen son básicas porque hay un palmo de barro en el campamento tras las últimas inundaciones. Cuando acaba el partido cargan las mochilas en una furgoneta y los aproximadamente 15 turistas nos repartimos en otras dos y nos vamos. Tras una hora de carretera llegamos a una aldea y un río, el Kinabatangan. Allí nos esperan las dos lanchas que nos llevarán al campamento. Antes de zarpar uno de los mochileros tiene tiempo de pasarse de listo y meterse alegremente donde no debía, quedando atrapado por el barro hasta la ingle. Otros dos mochileros lo rescatan con bastantes dificultades y aprovechan para hacerse los machotes. Nos preparamos para observar la fauna mochilera más de cerca de lo que nunca hubiéramos deseado.

Tarde del 2 de Abril del 2008

uncle-tan5

Salimos en los botes hacia el campamento. El trayecto es impresionante, una de las experiencias más alucinantes que hemos tenido en el viaje. Los macacos que nos miran desde la jungla y los pajaros que nos acompañan lo hacen todavía más mágico. A los pocos minutos empezamos a ver los primeros ejemplares de Nasalis Larvatus (monos proboscis o narigudos), que se arremolinan en los árboles cercanos , agrupados por clanes. De repente el cielo oscurece y cae una tromba de agua, así que aceleramos y nos olvidamos un rato de la fauna. Llegamos al campamento de Uncle Tan, donde nos cruzamos con un grupo que sale a hacer la excursión vespertina. El barro les llega hasta las rodillas, así que nuestras Adidas Kampung no van a ser suficiente. Tras andar 500 metros en un palmo de lodo sufriendo por las mochilas y las cámaras llegamos al campamento. Allí nos asignan una de las celdas para seis, que compartimos con una francesa, una inglesa y una pareja anglo-uncle-tan francesa. Las celdas tienen rejas para evitar que entren los macacos ladrones y las ratas, y mosquiteras para cada uno de los 3 colchones dobles que conforman la celda para evitar el resto de bichos. Nos informan de que no debemos dejar jamás la puerta abierta o los macacos nos lo robarán todo. Nos dejan un rato de tiempo libre que aprovechamos para descansar y para estudiar a la fauna mochilera disimuladamente. Rápidamente detectamos a un ejemplar macho de Mochilerus Jocosus. Tras breve investigación averiguamos que se trata de un ejemplar procedente de Alemania, origen muy poco común para esta subespecie famosa por su alta peligrosidad. Por suerte, pierde pronto su interés en nosotros y por sorpresa ataca a dos Mochilerus Nordicus Panfilorum hembra cercanas, que cacarean alegremente. Al cabo de un rato nos convocan a cenar. En las bandejas hay arroz y otras cosas, muchas de ellas vegetales. Para mi gusto, no está nada mal. La ocasión es ideal para que las distintas especies de Mochilerus marquen territorio a base de codos e invasiones. Mientras nos peleamos por nuestro arroz, un  Saxonus Repelentus aparta nuestra mochila y se queda con nuestro lado de la mesa. Rápidamente se forman dos clanes, el de las especies anglosajonas y el de las especies nórdico-germánicas. 

Noche del 2 de Abril del 2008

uncle-tan2 Por el campamento, además de los especímenes mochileros, corretean cerdos salvajes, macacos y varanos gigantes. Los guías locales son muy campechanos y casi ninguno pasa de los 25 años. Después de la cena algunos de ellos se quedan en el comedor bebiendo cervezas y cantando canciones de Green Day alternadas con las baladas de "Ghost" y "Titanic", y los otros nos convocan para la excursión nocturna en bote. La experiencia vuelve a ser mágica: cielo estrellado, ojos misteriosos en la jungla y de vez en cuando algún animal pillado por el  foco del guía: buhos, civetas, y por lo que dicen, hasta un gato leopardo que yo no llegué a ver. Supongo que a muchos de ellos les dejaríamos medio ciegos con los flashes, pero es que aquí en Malasia lo del respeto por la naturaleza es cuanto menos ambiguo. De vuelta al campamento descubrimos una araña de tamaño considerable paseándose por las rejas de una de las celdas. Por suerte, es tan grande que no se puede meter dentro. Pese a que el alojamiento es muy básico dormimos mejor que en los últimos 40 días.

Madrugada del 3 de Abril del 2008

proboscis2

A las 6 de la mañana nos ponemos en pie para volver a recorrer el río. Pese a que el horario y la temporada es ideal para divisar fauna no tenemos mucha suerte y no conseguimos ver ni orangutanes ni cocodrilos. Por lo que nos dicen los guías, los orangutanes no se suelen acercar mucho al agua, y es muy difícil verlos por esa parte de la jungla aunque de vez en cuando se tropiecen con alguno. Eso sí, vemos infinidad de monos proboscis, que nos hipnotizan con su nariz gigante y su tripa cervecera. Esta especie sólo se encuentra en Borneo, donde se alimenta de semillas y hojas que son tóxicas para el resto de animales. Su estómago es casi más propio de los rumiantes, y contiene tanto ácido que sus escupitajos pueden provocar quemaduras graves, y por lo que hemos leídomacaco eso es justamente lo que le paso a un visitante del Uncle Tan años atrás. Le preguntamos al guía si la historia era cierta, pero no nos supo contestar.  Lo que si es cierto es que los proboscis son expertos nadadores, y se les ha encontrado en alta mar, a  más de un km de la costa, nadando entre islas. Al parecer también son especialistas en andar de pie en fila india y en ser comidos por los cocodrilos cuando se despistan. Al volver al campamento nos encontramos con otra especie igualmente interesante: el Mochilerus Listorrus. Lo teníamos en nuestra misma celda, pero hasta que no nos estuvo enseñando las fotos de los cocodrilos que había visto su grupo no lo reconocimos. Esta especie es una de las más temidas allá  por donde vaya y más si, como en este caso, es de origen anglosajón y tiene acento afectado. Lo ha visto todo, lo sabe todo y te lo cuenta todo, y sobretodo no le interesa absolutamente nada de lo que tú le puedas contar. Ataca rápido como una víbora y antes de que puedas contraatacar ya se ha refugiado en un libro y en una mueca de desinterés.  Su cogote sale en todas las fotos; es el niño en el bautizo y el muerto en el entierro.

Mañana del 3 de Abril del 2008

uncle-tan3 Después de desayunar salimos al treking matutino. Nos avisan de que es el momento menos adecuado para ver animales, porque hace demasiado calor y están todos echando la siesta o en el bar jugando al cinquillo, pero de todas formas vamos. Como bien nos dijeron, no vimos prácticamente nada, pero nos lo pasamos pipa adentrándonos en la jungla y llenándonos de barro y agua hasta la cintura. Como íbamos prevenidos de lo que iba a pasar nos agenciamos unas botas de agua que algún antiguo visitante había abandonado, pero ni eso fue suficiente para salvar los pantalones. Peor lo pasó un biólogo al borde de la jubilación que vino buscando pájaros, porque se quedó sin botas y hizo el trek con dos bolsas de basura sobre las zapatillas. Al acabar, les dijo algo enfadado a los chicos del campamento que jamás se les volviera a ocurrir recomendar a alguien que hiciera el trek sin botas de agua. Creemos que lo pasó un poco mal. Por suerte o por desgracia nadie cayó al barro (ni siquiera yo) y el único altercado fue la presencia de un ejemplar difícilmente clasificable, de edad y tamaño considerable, que se dedicaba a soltar ramazos en la cara del que se pusiera detrás, al parecer inconscientemente. Le acompañaba un ejemplar hembra que pese a llevar más de cuarenta picotazos de mosquito en brazos y piernas seguía vistiendo una camiseta de tirantes y unos shorts, los dos de color blanco (al salir, claro). Al volver del trek nos informaron de que el grupo que acababa de llegar esa mañana había sido recibido brevemente por un orangután justo en el embarcadero, a 500 metros del campamento. Lo que ningún grupo consiguió ver fueron elefantes, que al parecer son muy infrecuentes en ese área de la selva. Pero sólo dos meses atrás, justo antes de la inundación, una manada de más de 20 elefantes (sólo hay unos 100 en esa zona) visitó el campamento, y alguno de ellos se paseó por el campo de fútbol.

Tarde y noche del 3 de Abril del 2008

escorpion-malayoDe nuevo volvimos a salir al río y de nuevo volvimos a tener mala suerte. Vimos pájaros (hornbills, storkbilled kingfishers, y muchos otros cuyo nombre no recordamos), lagartos monitor, macacos y más proboscis, pero no conseguimos encontrar cocodrilos, que al parecer son muy habituales. De hecho, el guía se partía de risa cuando Carol y yo le pedíamos que buscara cocodrilos, y al parecer se sabía y le gustaba la palabra en castellano. Seguramente porque la mayoría de visitantes españoles se los piden, a diferencia de los australianos, mayoritarios aquí, que los ven hasta en la sopa. Sólo conseguimos ver, cuando ya anochecía, los ojos de algunos sobresaliendo por encima del agua, pero poco más... Después de la cena salimos al trek nocturno en busca de ranas, escorpiones, tarántulas y serpientes.  Sólo conseguimos encontrar a los dos primeros, pero ni rastro de los otros dos. Casi que mejor. Sobre los escorpiones nos contaron lo mismo que en Australia, que pican más o menos como una avispa y sólo cuando les tocan el lomo. Teniendo en cuenta que todos andábamos bastante cansados y que no estábamos teniendo mucha suerte el guía se sacó un as de la manga y nos enseñó el bicho más raro que hayamos visto nunca, el "cotton bug" (bicho algodón). Os ponemos la foto, que no está en absoluto retocada: el bicho era exactamente así, ojos incluidos. Esa noche volvimos a dormir de maravilla. Sobre la fauna mochilera, oímos rumores de que había en el campamento una pareja de Cuatrojus Criticus Hispanicus, pero no conseguimos verlos. Otra lastima.

DSC_0222 

Madrugada y mañana del 4 de Abril del 2008

El campamento del Uncle Tan funciona de una forma bastante atípica. Es barato (320 Ringits malayos, unos 70€, por 3 días y dos noches, todo incluido), hay muy buen ambiente, no mucha planificación, y sobretodo muy buena voluntad por parte de los guías. Si no has tenido suerte viendo animales hacen todo lo que está en sus manos para que lo consigas. A nuestro grupo nos dieron un tour extra por el río, esta vez llegando algo más lejos que las otras veces. Yo no me quería ir sin ver cocodrilos, porque lo teníamos pendiente de Australia, y al final los vimos. Sólo un par de ellos y no muy grandes, pero allí estaban, en el borde del agua esperando a ver si algún mono  resbalaba. Espeluznante, sobretodo cuando nos acercábamos más de la cuenta y el bicho saltaba al agua y desaparecía debajo de nuestro bote. Por lo que nos dijeron los guías, en el río viven cocodrilos de más de cinco metros de largo (nuestro bote, que llevaba a diez personas, medía poco más de cuatro) que cuando están muy hambrientos suelen atacar a los hombres, especialmente a los pescadores que duermen en sus botes amarrados cerca de la orilla. Los cocodrilos "saltan" desde el agua al bote y se zampan al pescador.

uncle-tan6

De regreso al campamento desayunamos y empezamos a recoger las cosas, porque a media mañana nos marchábamos. El viaje de vuelta, a pleno sol, fue uno de los mejores. A esa hora los cocodrilos descansan tranquilamente al sol, y pudimos ver unos cuantos, a cual más gordo y cercano. Cuanto más grandes, menos tímidos y más rato permanecían flotando alrededor nuestro, asomando sólo proboscislos ojos del agua. De nuevo vimos narigudos y nos quedamos finalmente sin ver orangutanes. Del río a Gum Gum fue cerca de una hora escuchando las peroratas que el Mochilerus Listorrus le largaba a un pobre húngaro, al que no dejaba meter baza.Tras llegar a Gum Gum y volver a comer en el centro de Uncle Tan nos subimos a un autobús camino de Sandakan. Muchos de los otros turistas seguían viaje hasta Palau Sipadan, al parecer uno de los mejores sitios del planeta para bucear, que está a unas 7 horas en bus desde Sandakan.  Nosotros al día siguiente teníamos que ir a la Turtle Island pero todavía no habíamos conseguido confirmar la reserva con la empresa Crystal Quest, y andábamos un poco preocupados, porque sabemos que es difícil encontrar hueco. Nada más llegar al hotel dejamos las cosas y nos fuimos andando hasta el embarcadero de la empresa, que está a diez minutos del hotel. Nos pidieron disculpas por no coger el teléfono y nos emplazaron para estar allí el día siguiente a las 9 de la mañana tal y como estaba previsto. Por la tarde hicimos nuestra tradicional visita al supermercado de la ciudad y fuimos a cenar al "Tomato", donde nos gastamos dos euros cada uno y nos tuvimos que dejar gran parte de la cena por falta de espacio estomacal.

5 de Abril del 2008

IMG_0442bNos levantamos a las 8, desayunamos y nos vamos para el embarcadero de Crystal Quest para visitar la Isla de las Tortugas. Se trata de un parque natural formado por 3 islas a las que acuden multitud de tortugas verdes y hawksbill a desovar. La isla Selingaan es la única que se puede visitar y tiene sitio donde dormir, unas cabañas más bien básicas. Tras una hora en jetboat desde Sandakan llegamos a la isla junto con otros 20 turistas, que son los únicos que admite el centro de conservación cada día. La isla es de postal, con playas de arena blanca, palmeras y agua turquesa. Impresionante. Al llegar nos hacen pagar otros 10 RM como tasa de conservación y la chica del bar nos da una pequeña charla. Pequeñísima, porque no nos explica nada de nada, sólo que no podemos tirar fotos con flash cuando veamos las tortugas y que tendremos que pagar otros 10 RM por cámara. Al parecer las tortugas empiezan a llegar una vez se pone el sol, empiezan a desovar y en ese momento los rangers van a buscar a los turistas a la cafetería para que asistan al espectáculo. Cuando empieza a refrescar, los huevos que dejaron otras tortugas dos meses atrás  eclosionan y salen las tortuguitas buscando el mar. De nuevo los rangers te avisan para que asistas al espectaculo. Pero hasta ese momento no hay nada que hacer, así que todo el mundo se va a la playa, que es de las más bonitas que hemos visto nunca. Los empleados del parque te alquilan por dos o tres euros equipo de snorkel que puedes usar para ver el coral y los peces que inundan la misma orilla. En realidad, el coral está a tan poca profundidad que es difícil nadar, lo tienes prácticamente en la punta de la nariz, y el agua es tan clara que ves los colores casi como en el exterior. Aunque el coral está bastante maltratado (luego explicamos por qué) la experiencia vale muy mucho la pena. Los peces están tan cerca que se pueden tocar con la mano, al igual que las ostras azules o las anémonas. Es casi como nadar en una piscina, muy muy bonito. Vimos clownfishes (nemos) a escasos centímetros, y aunque les acercábamos la mano no se alejaban del coral. El día se nos pasó volando, y la marea bajó enseguida de forma que el área de snorkel sólo tenía unos centímetros de profundidad. Entonces asistimos a uno de los espectáculos más tristes que hemos visto en Malasia: media docena de turistas (creemos que casi todos australianos) andando con sus aletas de snorkel por encima del coral sin ningún tipo de consideración. Se supone que la isla es un parque marítimo nacional, pero ni había nadie vigilando la playa ni al parecer nadie había avisado a la gente de que el coral es delicado.

La verdad es que Malasia es un poco contradictorio en ese sentido. Por una parte tienen algunos de los mejores parajes naturales del mundo, y lo aprovechan turísticamente, pero por otro no tienen mucha sensibilidad ambiental precisamente, ni siquiera los que viven  de ello. Por lo que hemos leído, en dos décadas se ha arrasado casi el 30% de la superficie selvática, la más antigua del planeta, en favor de las plantaciones de palmeras y los campos de golf. Y en un libro de "frases de políticos" leímos las siguientes, pronunciadas por un ministro de Medio Ambiente malayo:

- "Muchos países nos critican por talar la selva, pero de las plantaciones se benefician muchos trabajadores que viven de ello. ¿Que quieren, que dejen de trabajar para que cuatro científicos se dediquen a observar monos?"

-"Quiero mejorar mi nivel del golf, pero eso sólo puedo hacerlo si hay más campos de golf, y para eso tenemos que talar la selva." (pronunciada informalmente en una convención medioambiental INTERNACIONAL, a más de un asistente se le helaría la sonrisa)

IMG_0473b

Tras esos momentos penosos asistimos a uno glorioso, la puesta de sol. De las más bonitas que hemos visto nunca. Y de ahí al restaurante a cenar y a esperar a que llegaran las tortugas. La verdad es que el día fue perfecto, y encima tuvimos la suerte de conocer a dos neozelandeses la mar de simpáticos que nos han obligado a reconsiderar nuestros prejuicios y cambiarlos por unos nuevos. Nuestra nueva teoría es que los australianos, cuando viajan, se creen que están en su casa y dejan de ser simpáticos para ser maleducados al estilo norteamericano, mientras que los neozelandeses, que en su casa son más bien reservados (sobretodo en áreas rurales) ganan mucho. En realidad la teoría es sólo mía, pero Carol me dice que sí para seguirme la corriente, así que lo dejo tal y como está.

A partir de ahí empezó la parte mala de la excursión a la Isla de las Tortugas. Para empezar se formaron dos grupos de observación, y a nosotros cuatro nos tocó el segundo, es decir, nos tocaba esperar a la segunda tortuga que llegara. Por desgracia eso no llegó a pasar, así que a eso de las doce de la noche, tras dos o tres horas de espera, nos agregaron al primer grupo, pero sin que estos nos cedieran sus puestos. Total, que no había forma de ver nada, y eso que la tortuga era gigantesca. Los rangers iban pidiendo a la gente que rotara, pero muchos no se daban por enterados. Entre el sueño que teníamos y el morro que le echaba la gente hubo un par que estuvo a punto de caer de morros encima de la tortuga tras una embestida de Carol, pero no llegó la sangre al río ni el turista a la tortuga. Para colmo los rangers me dijeron, por sorpresa, que no podía hacer vídeo, y  como no llevaba la cámara de fotos  encima ni lo uno ni lo otro. Ciento nueve huevos de tortuga después nos llevaron a la "plantación" de tortugas, que es donde los rangers los re-entierran , de forma que los depredadores no se los puedan comer, y donde nacen las tortugas plantadas dos meses atrás. Si los huevos están plantados en la sombra salen tortugos, y si están plantados al sol tortugas, ya que el sexo depende de la temperatura a que se expone el huevo, igual que en el caso de los cocodrilos. Pero no hubo forma de comprobarlo, porque esa noche no nació ninguna cría. Así que nos fuimos a dormir, a eso de la una, para levantarnos esta mañana a las 6 de la mañana. La playa estaba repleta de agujeros de tortuga. La verdad es que el tema no lo tenían muy bien organizado, pero aún así la isla es tan bonita y la experiencia tan interesante que nos pareció uno de los mejores días del viaje.

 

Conclusiones.

Ya os habréis dado cuenta por la extensión del post de que Borneo nos ha gustado muchísimo, y eso que hemos estado poquito tiempo y hemos visto menos de la mitad de lo que hay por ver aquí. Nos lo hemos apuntado para visitas más largas, porque creemos que realmente vale la pena, tanto por la naturaleza como por la gente. Un destino sumamente interesante, y mucho más cómodo de lo que pensábamos. Nosotros tuvimos poca suerte con la fauna, pero los chicos neozelandeses, que habían hecho un crucero de tres días por el mismo río, vieron varios orangutanes e incluso elefantes, y al parecer estaban muy muy contentos con los alojamientos, la comida y el guía. Eso sí, les costó tres veces más que el Uncle Tan. Por lo que nos dijeron lo contrataron con "S.I. Tours". Otros chicos de Canadá también nos contaron que acababan de bucear en Palau Sipadan y que aquello era absolutamente maravilloso. En fin, parece que nos quedan infinidad de cosas pendientes por ver en Borneo!!

7 comentarios:

Akane dijo...

Jo, yo es que no puedo ni imaginarme lo que debe de haber sido el vivir todo eso. Ya sé que lo digo muchas veces, pero qué envidia que me dais. Por cierto, el 7 de mayo dejo de trabajar y entonces nos dedicaremos a ver Bcn y alrededores.

Un besete muy gordo para los dos!

Paula

Akane dijo...

Jo, yo es que no puedo ni imaginarme lo que debe de haber sido el vivir todo eso. Ya sé que lo digo muchas veces, pero qué envidia que me dais. Por cierto, el 7 de mayo dejo de trabajar y entonces nos dedicaremos a ver Bcn y alrededores.

Un besete muy gordo para los dos!

Paula

Monkadee dijo...

Eat 'em up, yum yum!
http://www.myspace.com/unclegeorge2

Madre mia, I wish you had a telefono--it would be so much easier and I have so many noticias and not enough time to write them!

Anónimo dijo...

Hola aventureros. He descubierto este blog por casualidad y me he enganchado irremisiblemente.

Estoy alucinado por vuestra aventura. Recientemente he hecho un viaje de un mes por Australia y NZ, y me siento identificado con bastantes de las cosas que contais. Por cierto, nosotros también vimos al mochilero ciclista japo, o si no era él, se le parecía mucho. Cuando estuvimos visitando Uluru, los montes Olgas y el Kings Canyon, establecimos Erlunda como lugar de alojamiento, así que me hizo mucha gracia cuando leí que hablabais de Erlunda en vuestro blog.

En realidad, así he llegado al blog, poniendo Erlunda en el google. La verdad es que no creí que encontraría un blog tan interesante, puesto que Erlunda no deja de ser una "aldea" que está en el culo del mundo. Es un motel, una gasolinera y un bar, además de un corral con 2 simpáticos canguros y algunos emús. Supongo que lo vísteis.

Seguiré leyendo vuestras aventuras, y creo que igual me animo a hacer lo mismo.

Una preguntilla: ¿cuándo calculáis que os gastareis cada uno en este viaje?

Saludos de un admirador.

David

Al. dijo...

David, nos alegramos mucho de que te guste el blog. Envíanos un mail y te daremos datos más concretos de presupuesto y tal.. De entrada te podemos decir que en el sudeste asiático nos estamos gastando por día , sin hacer esfuerzos por ahorrar, la mitad del presupuesto de Australia (o una tercera parte del del Outback, que fue donde mas gastamos con diferencia), compras y excursiones incluidas...

Saludos!

Carol dijo...

akanepauli,
Haces muy bien en plegar el 7. Ahora llegan los mejores meses para recorrer Barcelona y asi los teneis libres. No se si os lo recomende, pero os teneis que pasar por un bar de tapas llamado Inopia (googlealo). Y no os olvideis del Tio Che y sus horchatitas en Poble Nou!
Un besazo a los 4!

Carol dijo...

david, animate animate que esto es muy divertido :)