Una de las ventajas que tenemos las marujas de Tokio es que podemos pasar el plumero por la casa mientras estamos cómodamente sentados en el sofá, por lo que acabamos en un santiamén y con los riñones intactos. Eso nos deja suficientes energías y tiempo libre para dedicarnos al ikebana, los culebrones televisivos, el sake o, como es mi caso, los posts. Mi intención es aprovechar los 20 minutos al día que me sobran al limpiar los escasos 18 metros cuadrados de nuestro apartamento en Tokio para estudiar los asuntos que nos interesan a los Shufu (así nos llaman aquí a los marujos). Ni templos sintoistas, ni ninjas, ni holocaustos nucleares, ni otakus ni zarandajas de esas. A partir de ahora, y hasta que a alguien se le ocurra algo más interesante que contar, me centraré en lo que de verdad nos preocupa: La cesta de la compra, las ofertas del todo a cien yenes y lo que echaron en la tele a la hora de la cena. Avisados quedais!
Hace 17 horas
4 comentarios:
Ay, mira que entraba todos los días con la esperanza de que hubierais escrito algo!!!
A mí que hables de marujeo ya me va bien. Un besete muy gordo para los dos y nos vemos pronto!!!!
Cuanto tiempo!, ya veo que praticamos el mismo deporte aunque estemos a tanta distancia, el marujeo!! jejeje.
pues hale, a marujear :)
hola que tal! permítame felicitarlo por su excelente blog, me encantaría tenerlo en mi blog de viajes y turismo .Estoy seguro que su blog sería de mucho interés para mis visitantes !.Si puede sírvase a contactarme benjycl@gmail.com
saludos
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