viernes, 2 de mayo de 2008

Luang Nam Tha o la tierra del pollo alienígena

Estamos en Muang Sing, a 58 kms y 2 horas de viaje de Luang Nam Tha, el pueblo desde donde escribimos el último post. Hemos venido porque aquí mañana se celebra el Boun Bang Fai, o Festival de Cohetes, que dicen que es la fiesta más grande de toda la región. Saldremos con las cámaras a ver si podemos hacer algunas fotos.

color Muang Sing está rodeado de aldeas de etnias diferentes: Hmong, Yao, TaiDam, TaiLue, Akha, Lolo y probablemente alguna más que se me olvide. Cada una tiene una lengua, un estilo de vida y una procedencia diferente, aunque la mayoría vinieron de China. Hoy hemos aprovechado que estábamos aquí para contratar un guía y un tuktukero y hacer una ruta por un poblado de cada tipo. Nuestro guía, de nombre Tin( o "Alegría", como nos ha traducido) era un ejemplo perfecto del estilo de vida laosiano. Ha aparecido con cara de resaca y una sonrisa de oreja a oreja explicando que estaba cansado porque el día anterior había estado de fiesta hasta las tantas (el Boun Bang Fai es el sábado, pero los laosianos ya lo están celebrando). A media excursión se nos ha perdido en una estupa en la montaña y hemos tenido que bajar sin él a preguntarle al tuktukero, que tampoco lo había visto porque estaba durmiendo en una hamaca. Al final ha aparecido tumbado en una sombra dándole a la húmeda con uno del pueblo. Y ahí aún estaba animado, pero ha sido comer en casa del tuktukero y ha ido cuesta abajo. Hacíamos apuestas para ver cuando se nos dormiría en el tuktuk. Subía el tío las pendientes como alma en pena y en cuanto ha visto un grifo ha metido la cabeza debajo a ver si se despejaba. Eso sí, sin dejar de sonreir. Lo cierto es que si nos hubiera tocado un guía así en cualquier otro sitio nos habríamos mosqueado pero aquí nos resulta imposible. Los laosianos, en general, tienen una forma bastante relajada de hacer las cosas pero son tan simpáticos y hospitalarios que es difícil enfadarse.

En el caso de los tuktukeros es muy parecido. Tú acuerdas el precio, te subes al tuktuk, y lo que habría de ser un camino directo se convierte en una ruta por la casa del tuktukero para recoger nosequé, por la estación que pille de paso para ver si coge más clientes, por el mecánico a comprar repuestos y luego ya por tu destino. Como normalmente no llevas prisa es muy divertido.

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Una de las cosas que nos sorprenden de los locales es su timidez para las fotos. Cuando pasas por los pueblos con la bici o andando la inmensa mayoría te saluda pero muy pocos acceden a posar delante de la cámara. Hoy hemos estado cerca de encontrar una explicación cuando las mujeres de un poblado Yao se han excusado diciendo que si les hacíamos fotos y la gente podía verlas sin ir a su poblado no vendrían a visitarlas (la segunda parte, no dicha, es que si no iban no podrían venderles la pila de bolsos, colgantes, monederos y demás que te ponen encima nada más verte). De todas formas este razonamiento no creemos que sea el más común y yo creo que normalmente es pura timidez. Los que muchas veces posan sin complejos son los niños y yo he acabado teniendo tarjetas de memoria llenas de fotos de niños pero apenas adultos. Tampoco ayuda mucho el hecho de que durante el día los mayores están trabajando en el campo y cuando entras a las aldeas sólo te encuentras a los niños y a los muy mayores. Hasta que no baja el sol no vuelven los adultos que, como es comprensible, se meten directamente a bañarse y cambiarse de ropa, y para cuando salen te has quedado sin luz.

akha Un buen sitio para hacer fotos es el mercado de Muang Sing. Las mujeres de las tribus bajan a vender sus productos y hay tanto ajetreo que no te prestan demasiada atención. Hasta consigues que algunas posen. Allí le hice el otro día una foto posada a una abuelilla que vendía en un puesto y cuando se la enseñé en el visor diciéndole "ngam lai" (muy guapa) le dio la risa floja de la verguenza y acto seguido me arreó un sopapo de "ay, qué maja!" de esos que sólo te dan tus familiares lejanos en las fiestas del pueblo. Claro que aquí las abuelas tienen el triple de energía que las españolas y la del otro día, que se empleó a fondo, me hizo polvo el carrillo.

De lo que también tengo un montón de imágenes es de cerdos, pollos, vacas y búfalos. Los laosianos deben pensar que somos medio tontos cuando nos ven hacerles reportajes enteros a sus gallinas. Pero yo no puedo evitarlo, porque sólo con las gallinas laosianas ya se podría escribir un libro. Las hay de muchos tipos y cada uno más extraño que el anterior. Las más comunes son las que no tienen pechuga, por lo que en las cartas de los restaurantes cuando hay pollo siempre es muslo. También hay otras que son medio gallina medio pavo, o a lo mejor son pavos medio gallinas. El resto sólo puedo describirlas como alienígenas. Nosotros las señalamos y a veces hasta las perseguimos cámara en mano mientras oímos las carcajadas de los locales a nuestra espalda.

gallina

Con otros bichos más desagradables que las gallinas también hemos tenido nuestros encuentros estos días. En Luang Nam Tha funciona el toque de queda y a las 11 y media todo el mundo ha de estar recogido. En los hoteles te piden que estés una hora antes, pero una noche se nos pasó y volvimos pasadas las once. Como en Laos la hora oficial de levantarse son las 6 de la mañana (y no intentes dormir más porque es imposible) volvíamos al hotel con ganas de plegar la oreja. Al entrar vimos un par de saltamontes pero como las paredes eran de bambú y con bastantes rendijas no nos extrañamos de que se hubiera colado algún bicho. Cuando estaba doblando la ropa para meterme a la cama vi una antena y pensé "esta la de la tele no es". Más que nada porque tele no teníamos. Cogí el spray antimosquitos, que es lo único que había a mano y solté un chorro en esa dirección. Acto seguido antena, dueño de la antena y primo del dueño de la antena hicieron presencia de cuerpo entero en la pared y resultaron ser dos cucarachas gordas como puños. Las cucarachas cuando aparecen por el suelo dan mucho asco, pero encima si están en la pared uno no puede evitar imaginarse que le van a caer en la cabeza y es mucho peor. Intenté arrinconarlas con el spray para que se fueran hacia la puerta pero echaban a volar y se me iban a otra pared fuera de mi alcance. Alberto desde la cama se negaba a matarlas y los dos nos negábamos a pegar ojo si seguían rondando por allí. Al final una cometió el error de ponerse a un metro de la Lonely Planet sin saber que a mí, cuando quiero dormirme y no puedo se me pone una mala leche de cuidado. Agarré la guía, ignoré el grito de Alberto de "Noooo, con la Lonely Planet nooooo" y le pegué el último librazo de su vida. Como ya estaba envalentonada en dos minutos me había cargado a la segunda. Al volver de echar los dos cadáveres al pasillo me fijé en que las paredes de la habitación estaban llenas de rendijas por entre las que se oía "ris ras ris ras", así que al día siguiente ya estábamos durmiendo en otro sitio.

hmong-girl Hablando de Lonely Planet, hoy nos han contado una cosa curiosa. Sobre Muang Sing la guía da a entender que hubo una sobreexplotación del negocio de los treks por parte de los locales y que a consecuencia de esto se abrió una oficina central que es la única autorizada actualmente a hacer estas excursiones y la zona, que es parque natural, sólo la puedes visitar acompañado de un guía. Hoy la versión que nos ha dado el guía es completamente diferente. Nos ha contado que la oficina se abrió porque hace unos años murieron 4 turistas. Resulta que muchos "farang" venían a la zona y se iban a pasar unos días a las tribus, donde se ponían hasta las cejas de opio. Los cuatro que murieron fue por sobredosis. Desde entonces se prohibió hacer trek por cuenta propia a las montañas y se creó el servicio oficial de guías. En las oficinas de turismo de Luang Nam Tha y Muang Sing además hay unos carteles bien grandes avisando de que está prohibido el consumo de drogas en los treks. Pues eso, dos versiones bastante diferentes.

Como el tema pollos y cucarachas es de poca ayuda para alguien que esté leyendo este post y vaya a venir a Luang Nam Tha, voy a ver si me sale algo práctico. Mi recomendación es alquilarse unas bicis, por menos de 1 euro al día, y visitar las aldeas de alrededor. En la tienda de alquiler de bicis te proporcionan un mapa que ni es a escala ni en algunas zonas se parece a la realidad pero que es suficiente para llegar a los sitios. Si quieres tener un detalle con las aldeas que visites y vas por la mañana, llévate cuadernos y bolis y los dejas en el colegio. También recomendable el Panda Restaurant, donde nos han servido los mejores desayunos de todo Laos y el guesthouse Adounsiri, que tiene unas habitaciones estupendas por 40.000 lak (unos 3 euros).

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Por cierto, mi plan de no darle dinero a Alberto para que no se deje timar ha fracasado completamente. En Muang Sing hay unas niñas guapísimas que venden bufandas y bolsos y te acosan a la que sales del guesthouse. El día que llegamos me alegré de llevar yo todo el dinero, pero me duró poco porque enseguida descubrí que Alberto, al ir sin blanca, en vez de comprar se dedicaba a regalar a las niñas los baturricos y pulseras que le habían encasquetado los de la banda de Luang Prabang. Es que con este chico no hay forma.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Llevaba dias sin poder leeros con calma y ya veo que entre las sanguis y las cuquis la cosa está animadA. A Àlex le encantan las fotos de las laosianas.
Un beso. Mari

Unknown dijo...

NOS ESTA SORPRENDIENDO LO REALISTAS Y ENTRETENIDAS QUE SON VUESTRAS DESCRIPCIONES. NOSOTROS QUEREMOS VISITAR LAOS ESTE VERANO, ASI QUE OS VAMOS A SEGUIR LEYENDO...Y DISFRUTANDO.
TAMBIEN VISITAREMOS EL BLOG DE PAKO EL RASTA.
UN BESO Y SEGUID CONTANDONOS POR FAVOR,
Victor y Tina

Carol dijo...

Tina,
Jo, con tantos ánimos, cómo no vamos a seguir escribiendo! :)
Tenéis muchos números para pasarlo muy bien porque nadie que nos hayamos encontrado en el viaje nos ha dicho que no le gustara Laos.
Como dicen por aquí: Sabaidee!