sábado, 17 de mayo de 2008

La ruta nº 13, la otra cara de Laos.

Poco antes de llegar a Laos leí en un foro un comentario de esos que ningún buen hipocondríaco puede dejar pasar. Decía, más o menos, lo siguiente:

" Voy a Laos en breve y me preocupan los ataques que se suceden en la ruta nº 13. ¿Alguien tiene información al respecto?"

Yo evidentemente no la tenía, así que le pregunté a Carol, que se lee las guías de viaje de tres en tres y no se salta ni una palabra, un poco preocupado. La semana anterior ya me había convencido de que la barba me iba a proteger de las picaduras de los mosquitos y de la malaria, así que esta nueva crisis de pánico seguro que me la resolvía en cinco minutos. Efectivamente. Miramos en los mapas y vimos que la ruta 13 no es precisamente una carretera secundaria, sino la "autopista" que atraviesa el país de norte a sur. Además, en la L.P. mencionaba así de rasquis el tema y decían que hacía años que no había el más mínimo altercado. El único consejo era el de siempre, que consultes en tu embajada antes de salir de casa por si ha habido una revolución o algo. No daban más datos, ni del número de ataques, ni de los motivos, ni de los autores. Me volví a pasar por el foro días más tarde y la pregunta de mi colega hipocondríaco seguía en el aire. Nadie le había contestado pese a que él insistía. "No me puedo creer que nadie sepa si es seguro viajar allí o no", decía el pobre. En los blogs y guías que estuvimos mirando por internet tampoco aparecía nada del tema y todo el mundo resaltaba la seguridad de Laos, así que en mi subsconciente moví el asunto de la carpeta "Crisis en curso" a "Invenciones de viajeros". Cuando por fin llegamos a Vientiane las únicas pistolas que se veían eran las de agua del Pi Mai, y en la ruta nº13 el único peligro con el que nos cruzamos fue un loco echando una siesta en medio de la carretera. Y yo los primeros días iba atento por si veía algo raro., que conste. Por si ayudaba al del foro se lo expliqué tal y como lo habíamos vivido. Durante los treintaypico días que hemos pasado por aquí hemos visto como en las tiendas dejan fajos y fajos de billetes en el mostrador, protegidos sólo por un cristalito, y como los niños campan a sus anchas, sin nadie que les vigile y aparentemente sin nada de que tener miedo. Y por supuesto, los laosianos nos han parecido la gente más tímida, pacífica e inofensiva del mundo. Ni siquiera con el Lao Lao de las fiestas hemos visto el más mínimo acto de violencia.

Pero claro, como decía Carol en el post anterior, nosotros vivimos en el mundo del turista, como absolutamente todos los occidentales que se mueven por aquí, sean conscientes o no, y no nos enteramos de la misa la mitad. A veces nos hemos preguntado por el nivel de opresión que había en el país, pero era la pregunta equivocada. Los parámetros en el sudeste asiático son distintos y la frontera entre democracia y dictadura no está nunca muy clara, y tampoco está muy claro que la "libertad" sea el principal objetivo de los ciudadanos. En Tailandia, por ejemplo, el pueblo confía mayoritariamente en el Rey, y muchos desearían que asumiera mayores poderes para acabar con la clase política "democrática", de la que no esperan más que corrupción. Hace poco más de un año tuvieron un golpe de estado militar justamente por eso, y llevan desde entonces sin gobierno. Cuando pasamos por allí estaban de elecciones, pero por lo que sabemos todavía no han conseguido formar gobierno. Y aparentemente la vida de la gente sigue como si nada, por lo menos a ojo de turista. En Tailandia, por otra parte, tienen conflictos en las regiones musulmanas cercanas a Malasia, pero eso es algo que los medios occidentales tratan a menudo, así que no pilla por sorpresa. Pero, ¿que clase de conflicto pueden tener en Laos para que sus pacíficos habitantes se líen a tiros?

En los últimos días, y de forma totalmente independiente al asunto de este post, habíamos empezado a darnos cuenta de que la bandera comunista que ponen en algunos locales no es sólo un reclamo pintoresco para captar turistas, sino que coincidía con los locales más céntricos y con mejor aspecto de cada ciudad o pueblo. Y la actitud de sus dueños era bastante menos amable que la de sus colegas, rozando en algunos casos la chulería. Como no dejamos pasar día sin desarrollar una teoría (tonteoría, según Carol) la que justifica esto es que lo único que queda de "comunista" en Laos es el aparato político y los chanchullos, y el que pasa por el partido recibe las mejores concesiones y ayudas, mientras que el que no pasa sólo recibe palos en las ruedas. Por desgracia, el nivel de inglés de la gente con la que hemos hablado es muy básico como para tratar estos temas, que son ya de por sí un poco delicados. Y de cualquier manera, los ataques de la ruta número trece son otros, y tienen mucha más miga.

Cómo casi todos los problemas actuales del mundo, todo empezó a causa de la guerra fría, concretamente del conflicto en Vietnam. Si pensáis que ahora vendrá una retahíla de críticas hacia los EEUU, habéis acertado, pero esta vez las vamos a camuflar un poco para hacernos los interesantes y para dar un poco de trabajo a nuestros lectores de Virginia, si es que todavía aguantan. Como decía, la guerra fría y el temor a que el comunismo se asentara en el sudeste asiático fue lo que motivó a los EEUU, a través de la C.I.A., a formar un ejército privado en Laos que se encargara, inicialmente, de mantener alejados del gobierno a los comunista y, posteriormente, cuando estalló definitivamente el conflicto en el país vecino, de infiltrarse y cortar el suministro de las tropas vietnamitas del norte. Como los Laosianos, insistimos, son budistas y de lo más pacífico, reclutaron a las tribus Hmong, que al parecer ya tenían sus más y sus menos con los vietnamitas . La etnia Hmong es animista, vive mayoritariamente en las montañas y tiene gran conocimiento del medio natural, factor importante en la guerra de guerrillas. En palabras de sus ex-superiores de la C.I.A.: "son más robustos y aguerridos, y no ceden en sus posiciones". También les reconocían su extremada lealtad. Pero sin duda la principal ventaja a ojos de los EEUU era que no se trataba de ciudadanos americanos y por tanto no aparecían en las listas de bajas, ni tenían que ver sus cadáveres en los medios, ni discutir sus muertes con los políticos. Lo único que había que justificar era una cuenta contable minúscula en el presupuesto de defensa, pecata minuta comparado con el coste político de otras operaciones. Teniendo en cuenta que se trataba de una guerra secreta no reconocida por el gobierno americano, la discrección iba a ser clave. Mientras, el gobierno laosiano seguía manteniéndose neutral y en manos amigas. La C.I.A. seleccionó a los Hmong, les armó, les entrenó y les utilizó a través de, entre otros, Anthony Poe, un ex-marine del que se cuenta que pagaba un dolar por cada oreja comunista y diez dolares por cada cabeza, y del general Vang Pao, que sigue siendo a fecha de hoy un referente de la comunidad Hmong.

El General en su retiro de California.

Todas las atrocidades y trapos sucios del conflicto vecino se aplican también a éste: reclutas treceañeros, corrupción y tráfico de drogas, asesinatos masivos e indiscriminados, etc.. Terroristas de tomo y lomo, que diríamos ahora. Todo bajo el estricto control y supervisión de la C.I.A. y totalmente de espaldas a sus ciudadanos, por supuesto. Según datos de ACNUR 20.000 guerrilleros Hmong perecieron, poco comparado con las 50.000 bajas de civiles y los 150.000 desplazados. Luego llegaron los bombardeos masivos en el noreste de Laos, también secretos, que igual sirvieron para evitar que se instalaran allí tropas vietnamitas, pero que seguro que no fueron muy útiles para defender los valores democráticos en la región. En 1975 los comunistas se hicieron con el poder en Laos, y ésta abandonó su neutralidad previa a la intervención americana. Los Hmong que pudieron escaparon a Thailandia, y desde los campos de refugiados que se crearon allí, a EEUU. Pero la guerra seguía siendo secreta, y una vez los EEUU perdieron opciones en Vietnam, soltaron lastre y dejaron colgados a los Hmong que todavía seguían guerreando en la selva contra el ya comunista gobierno de Laos. Como era de esperar, infinidad de ellos fueron aniquilados por el nuevo gobierno. Entre los que pudieron huir se encuentra, por supuesto, el gran General Vang Pao, que vive retirado en California y que es algo así como el referente de la resistencia en el exilio y un héroe para muchos de los 100.000 Hmong que viven ahora en EEUU. Desde entonces suele acudir, siempre impecablemente vestido y rodeado de una cohorte de "consejeros", a todo acto público que tenga que ver con los Hmong, recaudando dinero con la clara y pública intención de "devolver la democracia a Laos por la vía militar" , pese a que muchos de sus compatriotas aún lo relacionan con el tráfico de drogas y los asesinatos. Y aquí es donde enlazamos con el objeto del post, que no es otro que explicar los ataques a turistas de la ruta nº 13.

Han pasado más de treinta años desde que los comunistas obtuvieron el poder en Laos, y como decíamos al principio, de los ideales originales queda más bien poco, igual que de la guerra fría. El país ha ingresado en la ASEAN, ha empezado a aceptar ayudas internacionales y a potenciar el negocio del turismo. Incluso, oh sorpresa, ha sido "perdonado" por los EEUU, que en el 2004 levantó el embargo al que los tenía sometidos desde que los comunistas se hicieron con el poder en 1975. La rabieta del mal perdedor ha durado casi treinta años. Ahora las tribus Hmong supervivientes parecen haberse reconciliado con el gobierno y son, al menos a ojos de turista, exactamente igual a las demás. En Luang Prabang , por ejemplo, son las mujeres Hmong las que acaparan el mercado de artesanía y las que tienen el contacto más directo con los turistas. Concretamente, son las culpables de que nos hayamos llevado más de media docena de fundas nórdicas entre sonrisas y sin tener ni idea de por lo que habían pasado ellas, sus maridos o sus vecinos. Y es que todo ha cambiado mucho desde entonces. Todo menos los guerrilleros Hmong que siguen ocultos en la jungla, perseguidos por el ejército Laosiano y luchando aún por cambiar el signo del gobierno.

Al parecer las muertes de varios turistas en el 2003 fueron causadas por guerrilleros, pero el gobierno Laosiano intenta negarlo preocupado por las repercusiones en el creciente negocio turístico. Hubo bombas en mercados de la capital, ataques a autobuses, y balas perdidas por doquier. Oficialmente, ataques de gamberros y delincuentes comunes. Pese a que el gobierno ha utilizado los métodos más brutales para acabar con los guerrilleros, incluida la guerra química, no ha podido acabar con ellos, ni tampoco ocultar su existencia. En algunos momentos prometió amnistía a los que se rindieran, pero al parecer los que lo hicieron fueron ejecutados. Más o menos por esas fechas el periodista Philip Blenkinsop consiguió encontrar a algunas de las familias que aún hoy sobreviven en medio de la jungla en las condiciones más precarias. Según cuenta, todos se arrodillaron al verle, pensando que era la avanzadilla americana que venía a acabar con el gobierno comunista. Era el primer hombre blanco al que veían en 30 años, los mismos que llevaban esperando a que los americanos, a los que fueron tremendamente leales, volvieran.

Hmong recibiendo al periodista Blenkinsop en el corazón de la jungla.

Lo que no se podían imaginar era que los dirigentes de EEUU, que tenían ya la cabeza en otras cosas (léase el 11S, Irak, etc...) se hubiesen reconciliado con el gobierno comunista y lo hubiesen aceptado como legítimo. La gota que colma el vaso es de hace muy poquitos días, y no es otra que la detención en EEUU del General Vang Pao. Se le acusa de intentar comprar armas (rifles, explosivos plásticos, cohetes antitanque, cohetes antiaéreos, etc...) con el fin de rearmar a los Hmong y echar a los comunistas del gobierno. El lo niega, y dice que sólo quiere la reconciliación pacífica con los comunistas para que sus compatriotas puedan volver en paz, pero en muchas de sus campañas de recaudación admitía que querían dar un golpe militar, así que lo tiene un poco complicado. Lo más ridículo del asunto es que ha sido acusado por los mismos que hace cuarenta años le contrataron precisamente para llevar a cabo la tarea de la que le acusan: acabar con el comunismo a cualquier precio. Antes era una lucha por la libertad y ahora es terrorismo, ejemplo perfecto de cómo funciona la lógica política norteamericana y la desvergüenza de los dirigentes mundiales. A ver quien se lo explica ahora a los leales Hmong que todavía andan esperando que vengan a salvarles. Así no hay manera de dejar de ser maniqueístas, la verdad.

Pero si nos atenemos al interés del turista, que es de lo que debería ir el blog, aquí no pasa nada. Guerrilleros deben quedar cuatro, y ahora que han cortado las alas de su principal instigador es posible que ni eso. Hace años que a los rebeldes no se les conocen ataques. Además, a nadie interesa que se hable del tema. Ni al gobierno laosiano, que los extermina sin piedad, ni al gobierno estadounidense, que mira para otro lado y legitima al gobierno que ordena las matanzas, quizás pensando que cuantos menos queden menos les acusaran de haberles abandonado o de todas las barbaridades que cometieron siguiendo sus órdenes, ni a la industria turística, que tiene en Laos un filón importantísimo. Total, que no hace falta ni preocupar a los viajeros porque ni pasa ni va a pasar nada más y todos podemos seguir viajando tranquilamente por aquí y disfrutar de los paisajes y de la sonrisa (inexplicable ahora) de los Laosianos, de los Hmong y del resto de gentes que pueblan este maravilloso país, que diría Jose Luis Uribarri. Para nosotros, turistas, los únicos efectos de todo esto serán unas anacrónicas banderas comunistas (divinas para las fotos) y algún que otro cenicero fabricado con casco de bomba americana. Y si hacéis el tour en touk touk por las aldeas de Muang Sing igual tenéis suerte como nosotros y dais con unos fabricantes de fideos de arroz simpatiquísimos que desde hace treinta años utilizan un trozo de mortero con agujeros para extrusionar los noodles. Para que luego digáis que no contamos las cosas buenas que hacen los americanos, que hasta regalan maquinaria para que los pobres laosianos puedan comer...

Pues hale, ya tenemos post y redacción "tema libre" de segundo de ESO todo en uno. Si alguien ha aguantado hasta aquí y todavía no ha conseguido conciliar el sueño le recomiendo que lo intente con estos artículos, aunque aviso que igual os acaban desvelando por una semana:

La Insignia (Totalmente recomendable. Artículo de Rafael Poch, corresponsal en Asia de "La Vanguardia")

El Aliado que EEUU olvidó en Laos (Artículo de "El Mundo")

Laos: Uso del hambre (Amnistia Internacional)

La última guerra del General Vang Pao (NYTimes)

Y ya de paso, para ver que la historia se repite y que lo peor de todo es que no aprendemos, leed sobre el ejército del futuro y ved las ventajas infinitas que tiene comparado con lo de los Hmong. Ahora ya no habrá que organizar misiones de rescate ni que rasgarse las vestiduras por los "abandonados". Una sencilla carta de resolución de contrato con su finiquito correspondiente remitido a la futura viuda y todo arreglado.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy interesante. Hay que ver como cambia la historia según conviene. Los que nos tocó estar parte del cole con Franco aún vivo todavía pensamos en la reconquista como una obsesión de los fervorosos cristianos españoles durante 8 siglos, pero que siempre fue su principal prioridad: expulsar a los infieles del sacrosanto terreno patrio.
Por eso es tan guay viajar, porque todos los estereotipos se van a tomar viento y se descubre que todos somos más parecidos de lo que pensamos.O no, porque mi vecino es un macarrra que cágate lorito, y mi cuñada se quiere quedar con toda la herencia.
PD: No sé que es maniqueo, ¿es de los Manic Street Preachers?

Al. dijo...

Uno se conecta a corregir errores y se encuentra con comentarios como este y ya no puede conciliar el sueño, especialmente por lo de que "todos somos mas parecidos de lo que nos creemos". De mañana no pasa que me afeite la barba.

Anónimo dijo...

joder, me ha parecido la ostia el articulo, era algo sobre lo que queria escribir y preguntar pero que no habia tenido tiempo de tocar aun... os lo voy a linkar entero en cuanto acabe de explicar como ha sido laos para mi, pero a este paso voy a empezar a copiar y pegar vuestros textos, joder, dejadme algo a mi!!!!!!, jejejeje.

resulta imposible imaginar a esta gente luchando, ya cuesta imaginarles discutir...

me reitero de nuevo, super interesante, sois unos cracks... aunque os suboriceis, jejeje.

y no os llamo viejos, os llamo experimentados... que aunque suene parecido no es lo mismo y que a buen entendedor, ejem... joder, que estais hechos unos chavales!!!!!!!!

abrazos!

Carol dijo...

pako,
mírate este reportaje. Buscando esto fue que encontramos el resto de la historia:
http://www.nppa.org/competitions/best_of_still_photojournalism/2004/winners/still/index.cfm?category=MNS&place=HM4

Lo que tienes que contar con pelos y señales es lo del templo si te animas a hacerlo. Alberto lo puso en su lista de objetivos para el viaje pero luego se desinfló y ahora nos hemos quedado con las ganas de saber cómo es eso. Pako conejillo de indias ya!

Carol dijo...

Pako,
Este es el reportaje

Chinita dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Muy interesante la historia...
Es un tema que llevo intentando averiguar desde hace muchísimos años...,la primera vez que les pregunté a mis padres el por qué de no estar en nuestro pais...Laos.
Hace poco que he desenredado aquella madeja y hace poco que sé de dónde vengo y cuál es mi pasado, todo lo que mis padres me ocultaron y aquel mutismo y esas palabras innombrables.
Mis padres son Hmong y viví en primera persona aquella huida con ...ahora estoy en España.

Irene dijo...

Cuando estuve por Phonsavan me interese por la historia de la guerra secreta y, buscando informacion sobre ella, di con vuestra entrada. Me parecio muy clara y me ayudo a trazarme una idea general de la historia, asi que ahora la he enlazado a mi blog, en una entrada que trata sobre el tema (http://news.bbc.co.uk/local/manchester/hi/people_and_places/newsid_8338000/8338188.stm). Espero que no os importe.