Una de las cosas que nos quedan pendientes son las despedidas. Aunque ni Carol ni yo nos caracterizamos por ser demasiado sociables, tenemos nuestros corazoncitos, y sabemos que lo más difícil del viaje sin duda va a ser dejar de ver durante un año a los familiares, amigos y compañeros que se quedan aquí. Racionalmente la cosa no es para tanto: a muchos de nuestros amigos y familiares les vemos con suerte dos o tres veces al año, por lo que no deberíamos notar mucha diferencia. Especialmente en el caso de Carol, que vive a 600 km de sus padres y a unos ¿3.000? de su hermana. Además, tendremos internet, webcam, este blog... y mucho más tiempo libre para comunicarnos :)
Pero emocionalmente la cosa cambia, al menos para mí. Será que soy un friki y he visto demasiadas películas de ciencia ficción (por cierto, recomiendo ésta), pero no puedo dejar de pensar que el tiempo va a correr a dos velocidades distintas. Me imagino a mi mismo criogenizado en una nave espacial, despertándome exáctamente igual que me dormí un año atrás pero regresando a un mundo para el que han pasado mil años y en el que ya nada es igual.
En el caso de nuestros sobrinos va a ser así. Nos iremos dos o tres días después de que nazca mi segundo sobrino (¿alguien sabe como provocar partos adelantados?), unos dos meses antes de que mi sobrina cumpla 3 años y más o menos por las fechas en que mi primo más cercano será padre. Cuando volvamos ya no serán los mismos, así que... ¡Espero que sus papis nos envíen muchas fotos y que se acuerden de como funciona la webcam!
Otra cosa que también va a cambiar es la relación con los compañeros de trabajo. Aunque hace casi 9 años que pienso que este año va a ser el último parece que definitivamente éste sí lo va a ser. Igual nos equivocamos por décimo año consecutivo, pero todo indica a que cuando volvamos tendremos que buscarnos un nuevo trabajo, o al menos nuevos clientes. Va a ser raro dejar de ver cada día a los compañeros (en muchos casos amigos) de la oficina, y me parece que va a ser muy difícil encontrar tanta gente maja junta en ningún otro sitio. Alguno se sorprenderá al leer esto, pero es que una cosa es ser el informático_rarito_que_nunca_va_a_la_máquina_de_café y otra no apreciar a la buena gente. El jamón que cada navidad hemos llevado a la empresa ha sido nuestra forma de daros las gracias por el magnífico trato personal que siempre nos habeis dado. Ya sabeis nuestro lema: "Lo que Magnetic Development ahorra en trajes y cortes de pelo lo reinvierte anualmente en Ibéricos de Bellota y en la satisfacción de sus clientes." A ver si en Accenture toman nota :)
Por supuesto, echaremos mucho de menos a todos nuestros amigos y familiares, y muy especialmente a los que andan algo pochos. Nos gustaría despedirnos personalmente de todos, pero no sabemos si será posible, así que por si acaso, valga esta entrada de blog. Prometo que no habrá ninguna más ñoña :). Hale, besitos para todos, prometemos escribiros a todos y pensar mucho en vosotros!!!!
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