sábado, 3 de noviembre de 2007

White Island


Después de un madrugón considerable y una hora al volante, nos montamos en un barco camino de la White Island. Para nosotros, que vamos racaneando con las excursiones, ésta ha sido un desembolso considerable, unos 80 euros por cabeza. Tras una hora y pico haciendo el tonto en el barco, el capitán repartió cascos amarillos y máscaras de gas entre el personal. Parecía que íbamos a revisar las obras de la M30, pero el caso es que lo primero te lo daban para que no te arrearas con una piedra en la cabeza, que había muchas, y lo segundo por el olor a sulfuro que desprendía toda la isla. Lo que se dice una excursión llena de comodidades.

Hicimos el típico desembarco bote-lancha lancha-isla, y de ahí a seguir al guía. Cuando nos apeamos a mí me pareció que la isla fotogénica lo era y mucho, pero que había poca chicha, y efectivamente así fue. El guía se iba parando cada 50 metros y explicaba, pues aquí hay esto y allá, lo otro. Andábamos otros 50 y decía, ahora está aquí lo otro y allá lo que antes teníamos al lado. En plan Barrio Sésamo. Alargaba y alargaba el paseíllo por una isla en la que de un primer vistazo veías todo lo que tenía que ofrecer. Iba dando un montón de datos de PHs y temperaturas que claro, a los 3 minutos quedaban olvidados, y también iba relatando la historia de los mineros que allá por 1900 y algo trabajaban en las minas de sulfuro en la isla. En una de las múltiples paradas nos contó que una erupción en un año que he olvidado se los llevó a todos por delante menos a uno, que pudo ser rescatado días después. En otra que la compañía que extraía el sulfuro quebró y que por eso tuvieron que cerrar las minas, creo que por los años 30 o 40, y que posiblemente quebró porque para tratar el sulfuro necesitaban carbón, que entonces era más caro que el propio sulfuro que extraían. A todo esto, entre la gente hablando, el viento y el acento cerrado neozelandés, yo cazaba la mitad de lo que iban contando y Alberto la penúntima parada o por ahí preguntaba, ha dicho mineros? de qué mineros habla?

Luego nos volvieron a subir al barco, nos dieron la merienda como habían prometido y entre la caminata, el solazo que pegaba y el gustito de tener la panza llena, la mitad del pasaje caímos como lirones hasta volver a tocar tierra firme.

Como resumen de la excursion, yo la calificaría de entretenida pero cara.

Al volver, y como íbamos bastante descansados estuvimos haciendo el cabra con la furgoneta por unos caminos en el monte rodeados de prados llenos de ovejas y vacas. Como se nos hizo de noche sin darnos tiempo a recorrer toda la zona, decidimos madrugar al día siguiente y volver. Y volvimos para encontrarnos lo que aparece en el video a continuación. Es la prueba de lo urbanitas que llegamos a ser y lo bien que se lo pasan dos tontos con la mañana libre:



Tras incordiar un rato a las pobres vacas seguimos nuestra ruta a Taupo, hogar de los deportes acuáticos en la isla norte gracias a su enorme lago. Por el camino pasamos visitamos Orakei Korako, una zona de geiseres. Como a Taupo llegamos apurados de tiempo aprovechamos lo que quedaba de tarde para leer el correo (yo en un cybercafe, y Alberto mangándole la conexión wifi a alguno desde la furgoneta, para ahorrar). Pasamos la noche en un sitio de acampada libre que estaba genial (Reid's Farm se llama, por si nos lee alguien que piensa venir a NZ de baratillo). A la mañana siguiente amaneció nublado, asi que decidimos recorrer el pueblo en plan Equipo A, conmigo conduciendo y Alberto detrás con el portátil intentando encontrar una wifi gratis. Luego estuvimos de compras y nos agenciamos un adaptador de 12 V a 240 V para cargar los portátiles y las cámaras mientras viajamos y poder pasar más noches durmiendo en el campo y yo me compré un gorro estupendo para lo que iba a ser nuestro próximo destino: el Tongariro Alpine Crossing, un trek de 8 horas por Mordor.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

No tengo palabras para describir el video de las vacas. No sé si me impresiona más el miedo de Carol, viendo entre ellas a la nieta del toro que mató a Manolete, o el hecho de que no les dierais a los pobres bichos unas arrobas de buen pienso, que era lo que en realidad os estaban reclamando en un clarísimo idioma de mugidos. En fin, menos mal que aún quedamos algunos que cuidamos a los pobres animalitos, jeje.
Oye, en la isla sulfurosa, ¿no viviría Pedro Botero?. Quizá por eso llevan todos careta, para que no se vean los cuernos y la cara de mala leche que tienen los malos.
Para terminar, deciros que la envidia nos crece a cada día, a mi personalmente más por NZ que por Japón, pero todo suma.

Al. dijo...

Pues aunque NZ tiene una naturaleza apabullante yo creo que Japon es mas recomendable, porque hay mas gama de cosas por aqui. Aqui si te hace mal tiempo o te pilla con artritis, como es tu caso, te puedes deprimir un poco.

Anónimo dijo...

Tolón-tolón....

Anónimo dijo...

Hola primos desde españa os saludan Alfredo y Vane(que es la que escribe). Me he quedado impresionada con las vacas jajaja!!! Alberto no usaras el desodorante Axe??? Ya tenia ganas de ver esas fotos que hace Carol impresionantes, y de saber de vosotros, porque aunque Alfred me explique no es lo mismo que verlo y con la peque... bueno deciros que estamos muy bien y que sigais disfrutando que me dais una envidia.....SANA PORSUPUESTO besossssssssssss

Anónimo dijo...

que fantasticos lugares. a ver cuando se vienen para BarilocheEN LA PATAGONIA aRGENTINA!!!!!! aca hay lugares increibles y muchos mas los que salen del clasico circuito turistico que te quieren vender. para iformarce bien les recomiendo www.clubandino.org
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SUERTE