domingo, 6 de enero de 2008

Novedades marujiles desde el desierto Australiano: el tiempo, la comida y la cesta de la compra.


Ahora que estamos saliendo del desierto y llegando a Adelaide podemos confirmar que los rumores que circulan de que ha habido inundaciones en el desierto son, de momento, infundados. En realidad lo de que el desierto australiano se inunde no es nada raro, pasa casi cada verano en la temporada de lluvias, que es en la que en teoría estamos. De hecho, las carreteras están bastante preparadas para tal efecto, porque en muchas de ellas hay unos postes que indican la profundidad de las posibles riadas: 20 cm, 60 cm, 140 cm... Es bastante surrealista y difícil de imaginar, pero cuando llueve, muchas carreteras quedan cortadas. Las fotos que hemos visto de tormentas en el desierto son espectaculares, pero por desgracia en las casi dos semanas que hemos pasado aquí no hemos visto más que dos días con nubes, que no nublados. Cuando hay nubes las salidas y puestas de sol son increíbles, las más bonitas que hemos visto hasta el momento, y ha sido una pena no haber tenido más. También nos hubieran venido bien para sobrellevar el calor, que creemos ha superado de largo los 40 grados de máxima. Por las noches refresca algo, hasta el punto de que durante una hora hasta te tienes que tapar con la sábana, pero durante el día es muy difícil de soportar. Por suerte tenemos piscina en todos los campings a los que vamos (hemos desistido de dormir al raso), y lo curioso es que aunque en la piscina se está de coña, al salir hace bastante frío pese a que no bajamos de los 40 grados. Suponemos que debe tener algo que ver con que la humedad ambiental es de sólo el 15%, pero no acabamos de tenerlo muy claro.


En estas circunstancias se me hace un poco difícil cocinar en la furgoneta, porque los alimentos se me adelantan y se cocinan solos. Tenemos una neverita bastante maja, pero si descontamos el espacio que ocupan las botellas de agua, limonada y cocacola (bebemos casi 4 litros por persona y día) se queda en nada. Pese a todo me apaño bastante bien, y como suele pasar cuando hay pocos recursos, he aguzado el ingenio para ampliar la dieta. Hasta hace poco estaba especialmente orgulloso de mi alioli sin mortero, pero con estos calores triunfan más mis "smoothies de plátano y coco" y mi último descubrimiento, los "Espaguetis del Día de Antes". El smoothie no tiene mucho secreto: se machacan un par de plátanos (las únicas frutas baratas que hay por aquí) en un bol con un tenedor, se le añaden dos cucharadas de azúcar para acabar de triturarlos y cuando están hechos una crema se le añade a la mezcla un vasito de crema de coco y un vaso grande de leche, ambos recién sacados de la nevera. Con una licuadora seguro que es más fácil, pero también menos divertido, y no creo que queden mejor. Los "Espaguetis del Día de Antes" son dignos de Ferrán Adrià, y superan de largo a los mundialmente famosos espaguetis Lucocitos (receta secreta, lo siento). Todos sabemos que los clásicos espaguetis con tomate, recién hechos, están buenos, pero están muchísimo mejor los que sobraron el día de antes recalentados. Nadie se atreverá a negarlo.... Pero... ¿¿como conseguir unos espaguetis del día de antes sin tener que esperar veinticuatro horas?? He ahí la cuestión. Y por pura necesidad, lo hemos averiguado. Como no tengo espacio para guardar latas normales de tomate triturado he recurrido a la pasta de tomate, que es lo mismo pero deshidratado. Ocupa una tercera parte, cuesta lo mismo, y si le añades un poco de agua sabe exactamente igual. Pero para hacer los espaguetis del día de antes la clave está en no echar agua extra. Cueces la pasta, fríes un poco de chorizo (aquí lo llaman "spanish chorizo", pero es peperoni) en aceite de oliva, y le añades la pasta de tomate. La salsa sólo necesita sofreírse tres minutos, porque ya viene deshidratada, y a continuación no hay más que añadir los espaguetis a la sartén y dejar que absorban la poca humedad que aún le pueda quedar al tomate. En 15 minutos tienes unos espaguetis exáctamente igual a los del día de ayer. Probadlo y veréis...


En las cerca de dos semanas que nos hemos pasado en el centro de Australia nos hemos gastado diariamente casi el doble de nuestro presupuesto diario, principalmente debido al alquiler del coche, que ha sido bastante caro, y de forma algo inesperada también por el precio de la gasolina. Sabíamos que aquí la gasolina es más cara que en el resto de Australia, pero la verdad es que no previmos la cantidad de kilómetros que íbamos a hacer ni lo que consume el 4x4 que nos han alquilado. Sólo desde Alice Springs hasta el Uluru, el trayecto del primer día, nos gastamos casi 120 euros de gasolina. Así las cosas, y teniendo en cuenta que los aviones, trenes y autobuses que llegan o salen de aquí son bastante caros, hemos pasado las últimas noches rezando por encontrar una relocation (cuando te dejan casi gratis una caravana para que la devuelvas a su lugar de origen) que nos permitiera salir de aquí más o menos airosos. Por suerte, encontramos una que nos venía al pelo: teníamos que recoger la caravana en Alice Springs y llevarla a Sydney en siete días, a precio simbólico de un dólar al día. Nos tiramos de cabeza, pero al cabo de un rato echamos números y vimos que la gasolina nos iba a costar 600 euros como poco, porque la ruta que pretendíamos hacer era de unos 3.500 km, a razón de más de 700 al día. Demasiados kilómetros como para disfrutarlo y demasiado dinero como para que saliera a cuenta. Por suerte, nos dejaron anular la reserva y apuntarnos a otra relocation, y ésta sólo llegaba hasta Adelaide (1.600 km) y teníamos cuatro días para hacerla. De allí hasta Sydney o Melbourne se puede ir en avión por menos de 80 euros, y en eso estamos ahora.


Moraleja si vas a visitar Australia: investiga bien el tema de las relocations y ten muy en cuenta el coste de la gasolina. En nuestra opinión, visitar toda Australia con coche o furgoneta es un desperdicio de tiempo y dinero, y sólo vale la pena hacerlo en zonas muy concretas, y para nosotros no es el caso del Uluru, al menos en pleno verano.

(La foto que abre el post es de nuestra cocina en Adelaide. Estamos en un guesthouse con una pedazo de casa que compartimos solo con otra pareja que nunca sale de la habitacion. Annie's Place se llama el sitio)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

asi que ya no dormis al estilo pirata?otra vez de señoritos en camping sin arriesgarse a esa desafiante multa de 500$?os dejamos solos y en un mes no sirve de nada la faena que hicimos con vosotros...vaya tela!!!
Cierto que que en Uluru todo es carismo y la gasolina mas, pero para mi fue xulisimo poder recorrer todos esos kilometros en furgo o 4x4, nuestra furgo tenia AireAcondicionado pero no lo encendiamos pq no podiamos pagar el exceso de gasolina que suponia,aun asi merecio la pena para nosotros.
Veo que vais para Adelaida, si teneis un poco de tiempo buscar relocation para ir hasta Melburne y Melb-Syd en avion. De Adl-Mel esta la Great Ocean Route, es xulissimo, valorarlo.
Un abrazo majetes!!!!
D.

Anónimo dijo...

(Salir de aquí mas o menos airosos....), eso parece un resumen del affair desierto, menos mal que en el futuro le deberáis el descubrimiento de esa maravilla culinaria.
Un abrazo.