En Chiang Mai hace muchísimo calor y el sol está cada día más rojo. Según los periódicos las dos cosas son culpa del calentamiento global y de los múltiples incendios que se suceden por las montañas de la zona, que llenan la atmósfera de cenizas. Hasta la Reina, que aquí es mucho decir, se ha interesado por el tema y ha encargado al ejercito que se mire un poco el tema a ver si lo apaña. Con los incendios igual sí, pero con el calentamiento global no creo que puedan. Por cada país que pasamos nos dicen lo mismo, que el clima se ha vuelto loco en los últimos años. En Australia nos perseguían las inundaciones, en Japón la época de lluvias duró un mes más de lo habitual, y en Malasía desde hace cinco años no son capaces de predecir cuando empiezan y acaban los monzones. Aquí parece que hace más calor del que ha hecho nunca, y nosotros nos las vemos y nos las deseamos para movernos en esta sartén. Y hablando de sartenes, yo ya me he hecho mis clases de cocina tailandesa.
No han sido más que unas horas en una de las muchísimas escuelas de cocina "para turistas" de Chiang Mai, pero me ha valido para ver como funciona el tema, y para decidir que no merece la pena hacer más. Los cursos están orientados a gente que o bien no ha cogido una sartén en su vida o bien no ha probado nunca un curry, o bien las dos cosas a la vez. Te vienen a buscar al hotel en una furgo, te llevan al mercado de frescos y te pasean por los puestos para comprar algunos de los ingredientes necesarios para realizar los platos de ese día. La profesora se asegura de que cada turi-alumno guarde en su cesta al menos un ingrediente para que tenga la sensación de haber comprado él, y de explicarte que en Tailandia se utiliza mucho el chili y el ajo. De las crisálidas o huevos o lo que sea (ver foto de la derecha) de hormiga que vendían en el puesto de al lado de los ajos no comentó nada, pero la verdad es que los participantes tenían tan poco entusiasmo que ni los vieron ni mucho menos preguntaron acerca de ellos. Del mercado nos llevaron a las instalaciones de la escuela, sitas en un pueblecito a las afueras de Chiang Mai, muy bonitas y funcionales, en plan campestre. Allí trabajaban cuatro o cinco personas más que se encargaban de ir preparando los alimentos y de limpiar los utensilios que nosotros ensuciábamos. Durante la primera parte del curso fuimos diez estudiantes, pero sólo quedamos cuatro para los dos últimos platos debido que los otros seis habían pagado una tarifa reducida y sólo tenían derecho a los cuatro primeros. La clase la formábamos tres holandeses, tres ingleses, dos noruegas, una australiana y yo. Los holandeses/as venían en un tour con otros cuarenta más, y el resto participaban en un taller de cocina asiática que les llevaba por cursos de distintos países del continentes, desde Japón hasta Tailandia pasando por Hong Kong y no se cuantos más. A priori un viaje muy chulo, pero de todos ellos sólo a uno le gustaba el picante, así que no se si se lo pasarían muy bien o aprenderían algo. Creo que la mayoría no había probado nunca hasta ese día un plato tailandés.
Grillos con ¿cucarachas? Delicias del norte de Tailandia.
Aunque yo tampoco puedo hablar mucho, porque siendo vegetariano tampoco seguí las recetas originales. Por si alguno está en mi situación, dos pistas. Primero, sustituir en todas las recetas la salsa de ostras por salsa de setas, que tiene consistencia y características parecida. Segundo, sustituir la salsa de pescado por salsa de soja. Y por supuesto, en lugar de carne o pescado, tofu, pero eso es lo de siempre. Por cierto, en los curries siempre ponen pasta de gamba o salsa de pescado, así que aunque los pidais vegetarianos en el restaurante es difícil que lo sean de verdad, ya que la pasta de curry la tienen hecha de antemano. En el curso, en el que no enseñaban a hacer la pasta y te la daban ya hecha, tuvieron el detalle de hacerme una de curry verde vegetariana especial para mi, pero por desgracia no estaba muy buena. El resto de platos sí salieron buenos, especialmente el arroz glutinoso con mango y los rollitos de primavera vegetales. Durante la primera parte del curso fue difícil hacer algo más que seguir los pasos que nos indicaba la profe. Los platos tailandeses se hacen en cinco o diez minutos, y siendo diez personas no daba tiempo a preguntar nada sin que se te quemase el wok, así que... Por suerte en los descansos, y sobretodo cuando nos quedamos cuatro, la cosa fue más interesante y tuve tiempo de preguntar. Lo de los huevos de hormiga al parecer es típico y super normal en la cocina del norte, al igual que los gusanos secos o las polillas gigantes. La cocina norteña se caracteriza por usar insectos y plantas autóctonas de la jungla que ni siquiera tienen traducción inglesa y al parecer los huevos de hormiga se usan principalmente en sopas, por si alguien se lo preguntaba. No os asustéis, que también aprendí cosas más normales que utilizaré cuando vengáis a cenar a casa, como que en la cocina tailandesa se usa mucho más el azúcar que la sal. Esta última sólo se usa en algunas sopas, ya que el sabor salado lo aportan la salsa de soja o de pescado que se añade a casi todos los platos.
¿Unos gusanitos fritos para abrir el apetito?
En resumen, una mañana entretenida, pero a nivel gastronómico muy básica. Vinimos a Chiang Mai esperando encontrar una gran gama de cursos y actividades culturales y nos hemos encontrado sólo con la versión turística de los mismos. Carol se interesó por uno de lengua y cultura Thai, pero en el centro cultural le dijeron que sólo los daban cuando había muchos alumnos (no era el caso), y que lo normal eran clases privadas, que nos merecieron poca confianza y eran muy caras. En ese sentido, el curso de masaje del Wat Po en Bangkok, pese al precio, me pareció mucho más interesante y serio. Serio a la tailandesa, claro. Quizás el error ha sido no acudir a preguntar directamente a la universidad de Chiang Mai... quizás la próxima vez.
2 comentarios:
Hola chic@s de asiasido,
En una semana estamos en Tailandia, Wow, y os seguiremos los pasos en el mundo real, porque hasta ahora os seguíamos sólo en el blog (y los viajeros.com)
Yo pensaba hacer un cursillo de cocina allí, pero viendo lo que te parece no creo que lo haga. A mi marido le digo: "date cuenta lo que dice Carol" y con eso ya lo convenzo.
Carol, por cierto, tus fotos son fantásticas y os curráis el blog un montón. Gracias por compartir vuestra experiencia. Si no os importa os enlazaremos en nuestro blog.
Saludos,
Loli y Miguel
Hola Loli!
Así entre tú y yo, de lo que dice Alberto no hay que fiarse un pelo, eh, que se inventa la mitad.
Seguro que en Tailandia lo pasáis pipa. Probad todas las comidas que podáis, pero si véis a un tío en el restaurante con una zapatilla en la mano id a comer a otro sitio :)
Ahora os seguiré yo desde aquí!
Saludos!
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