Australia, básicamente por tamaño, es un país algo difícil de manejar. Si no queréis llevaros alguna decepción es conveniente que le dediquéis una planificación previa, porque una vez aquí los desplazamientos y la improvisación salen bastante caros. Os damos algunas pistas que creemos vale la pena tener en cuenta.
Cuando ir.
La idea que teníamos de Australia era que allí siempre era verano, lo cual no es del todo cierto. Al ser tan grande como un continente cubre varias zonas climáticas, desde el sur mediterráneo hasta el norte tropical. Melbourne y Sydney tienen un clima parecido a Barcelona, mientras que Darwin lo tiene más parecido a Bali o Singapur. Cuando en España es verano, aquí es invierno en el sur y temporada seca en el centro-norte. Cuando en España es invierno aquí es verano (los estudiantes hacen las vacaciones en diciembre-enero) en el sur y temporada de lluvias en el centro-norte. Los Australianos se van hacia el norte en su invierno (a Brisbane, Cairns, Darwin o el Outback) y hacia el sur en su verano (Sydney, Melbourne y las playas de la Great Ocean Road), por lo que las temporadas altas y bajas, los precios y la disponibilidad de alojamiento sigue esos patrones.
En su verano (Diciembre-Febrero) las playas del sur son perfectas, tanto para hacer surf como para bañarte o tostarte al sol, pero en cuanto pasan los meses de calor las costas de Sydney o la Great Ocean Road son demasiado frías y sólo las usan los surfistas, que disfrutan entonces de las mejores olas. En esos mismos meses empieza la temporada de lluvias en el estado subtropical de Queensland (Brisbane, Cairns, la barrera de coral) y en el territorio norte y central ( Darwin, Uluru...), y lo que es peor, la temporada de medusas. Las playas de Queensland son algo más "salvajes" que las del sur, y las medusas son una amenaza constante. Y algunas son mortales, así que lo normal es acabar bañándose en las piscinas en lugar de en la playa. O ponerse el stinger-suit, que es un traje de baño tipo pijama que al parecer es resistente a picaduras de medusa. Siempre y cuando no te piquen en las zonas descubiertas, claro. En Darwin y la zona norte además tienen cocodrilos en casi todas las playas, y en la costa oeste tiburones, pero eso no depende del verano :). Además, las lluvias veraniegas empeoran la visibilidad en la Gran Barrera de Coral, que es el gran atractivo de la costa este, por lo que tienes que planificar las excursiones con un poco de ojo o suerte. En realidad, el efecto de la lluvia es un poco más grave que quedarte sin excursión: los monzones, tifones e inundaciones son brutales, y arrasan con todas las carreteras y medios de transporte, incluso en el desierto. Mientras estábamos en Adelaide tres cuartas partes de Queensland, que es más o menos tan grande como España, estaban inundadas. Estuvimos allí sólo quince días antes, glups. Las inundaciones en los desiertos son menos frecuentes, pero igual de graves. Las del año pasado fueron especialmente fuertes.
El calor es otro inconveniente del verano australiano, especialmente en el Outback. Nosotros sólo hemos podido aprovechar unas dos horas al día en la zona del Uluru por culpa del calor, que aquí sólo aguantan los aborígenes. Nadie más se atreve a salir a la calle a pleno sol, y mucho menos a irse de excursión. Por no haber no hay ni animales, y los pocos que hay son nocturnos, así que durante el día no hay forma de hacer nada. Por suerte en casi todos los campings y hoteles tienen piscina, pero al parecer en Australia aún no han descubierto el gran misterio de las sombras y los toldillos, así que ni siquiera en la piscina puedes aguantar mucho rato. Por la noche la temperatura refresca algo y se puede dormir, e incluso te tienes que tapar un poco, pero sólo hasta las 8 de la mañana, que es la hora en la que encienden el horno del Outback. Por contra, parece que en el invierno las noches son extremadamente frías, así que tenedlo en cuenta también. El lado bueno del clima tropical es que siempre hace calor suficiente para meterte en el agua, lo que se aplica a toda la costa de Queensland.
Como conclusión, la mejor época para visitar Australia es su invierno (nuestro verano) para Queensland (la gran barrera de coral) y el Outback (Uluru, Darwin, etc...), y su verano (nuestro invierno) para Sydney, Melbourne o la Great Ocean Road. Al menos eso nos parece a nosotros.
Qué ver.
Uno de las decepciones que hemos tenido con Australia, quizás debido a que veníamos de Nueva Zelanda, es la poca densidad de atracciones de interés. Si estuvieran todas juntas sería un país perfecto, tremendamente variado, pero al estar tan alejadas unas de otras son muy difíciles y caras de ver. Para hacer o ver cualquier cosa te tienes que tirar cientos de kilometros de coche o furgoneta (en el mejor de los casos), lo que hace que la experiencia sea menos placentera . Las playas, por ejemplo, son abundantes sólo sobre el mapa. En la práctica cuesta encontrarlas (se hace de noche) y muchas de ellas no son aptas para el baño. Cuando no hay medusas hay cocodrilos o millones de moscas y mosquitos. Luego, cuando encuentras una buena, es maravillosa, pero como te mueves constantemente (si no no da tiempo de ver ni una mínima parte de Australia) te sabe a poco. En realidad ver Australia al completo es un poco quimérico, y valdría la pena dedicarse a partes concretas. A diferencia de N.Z., las ciudades son agradables, pero tampoco nos parece que merezca la pena abusar de ellas, porque son todas bastante similares.
Algunas de las cosas que más nos han gustado han sido las siguientes:
- Gran barrera de Coral en Queensland. Las excursiones de buceo y snorkle merecen mucho la pena, sobretodo si no eres un experto buceador (los hay que dicen que en otros sitios se hace lo mismo muchísimo más barato). Si hubiéramos tenido más presupuesto nos hubiéramos quedado más tiempo y hecho más excursiones, pero son carillas. Problema: entre punto de interés y punto de interés hay 500 km de aburrimiento. Mejor en invierno que en verano. Vale la pena visitar (y dormir) en alguna de las islas que bordean la costa, especialmente para ver en libertad a koalas, canguros, tortugas, wallabys, possums y otros bichos que son muy difíciles de ver en el resto de Australia. La Magnetic Island fue un acierto en ese sentido. Aunque totalmente tomada por la industria turística, la gran barrera de coral nos parece la maravilla nº 1 de Australia.
- Great Ocean Road. Es una ruta escénica de unos300 km que bordea la costa y algunas de las mejores playas de Australia. En la Bell Beach se celebran los campeonatos mundiales de surf, y en la vecina Torquay tienen su sede las marcas Rip Curl y Quicksilver. La carretera en sí no nos ha parecido tan espectacular como los 12 apóstoles (puesta de sol increíble) o los bosques jurásicos del interior, donde vimos wallabys de pantano, una equidna(un poco muerta la pobre) y pudimos ver ornitorrincos si hubiéramos madrugado un poco. Es la zona de Australia más adecuada para ir con furgoneta, con un montón de sitios interesantes para acampar o visitar. Las sensaciones fueron similares a las de N.Z., y vale la pena dedicarle tiempo.
- Bahía y playas de Sydney. La Bondi Beach acaba de ser declarada patrimonio nacional debido a que representa la quintaesencia de Australia, aunque a nosotros nos parece que representa lo que los Australianos quieren que sea la quintaesencia, cuando en realidad es una excepción. La Manly Beach no le va a la zaga. Aunque está algo alejada del centro de Sydney (el ferry cuesta unos 12 euros) el trayecto y la playa valen la pena. La bahía de Sydney, con el puente y Opera House son muy bonitos. La ciudad en sí, como todas las que hemos visto en Australia, parece más atractiva para vivir que para ser visitada. Es muy cómoda y muy agradable, pero tiene poca chicha, sobretodo si vas con presupuesto bajo.
- Outback. Pese a que es la zona en la que más a disgusto estuvimos, hasta el punto de que nos decepcionó bastante, también es de la que tenemos recuerdos más intensos y de la que hemos aprendido más cosas, especialmente acerca de los aborígenes. Las atracciones turísticas (Uluru y compañía) son decepcionantes, una auténtica trampa a la que es inevitable no ir pese a que resulta tremendamente caro. Vas, haces una foto, y listo. No hay nada más que hacer, al menos en verano. Como excepción, el walk del King Canyon, que es muy bonito, y el Simpson Gap, más que nada por el encuentro que tuvimos con un grupo de wallabies de roca. Entre roca y roca, 500 km y 100 euros de gasolina y de desierto. En realidad lo interesante del red center no es tanto ver atracciones o vida salvaje (no la hay o no se ve) como experimentar la sensación del desierto y contrastarla con la forma de vida de los aborígenes. La historia de los aborígenes del centro de australia es realmente impactante y vale mucho la pena leer algún libro sobre el tema durante el viaje. Pero nos pareció que podíamos haber aprendido exactamente lo mismo en un viaje organizado de 3 o 4 días por muchísimo menos dinero. En realidad la "aventura del outback" que te venden no tiene nada de aventura más que sobrevivir sin arruinarte por el coste de la gasolina. A menos, claro, que estés loco y te lo recorras en bicicleta, como el adolescente japonés que nos encontramos.
- Backpackers. Posiblemente Carol no piense lo mismo debido a que no ha dormido demasiado bien, pero a mi el rollo backpackers en el que nos hemos movido por aquí me ha parecido muy divertido y sobretodo muy desmitificante. Australia es la capital mundial de los mochileros, y pese al aire de aventura, trascendencia y "alternatividad" que se gastan, no dejan de ser unos postadolescentes un tanto borricos más preocupados por ligar y beber que por conocer el sitio al que viajan, del que generalmente sólo conocen los bares. Los australianos, que no tienen ningún problema en reconocer las cosas tal y como son, han montado toda una industria turística alrededor de los backpackers más organizada que la de los viajes organizados, lo que no deja de ser paradójico. En cualquier caso, convivir, y sobrevivir, en el ecosistema de los mochileros ha sido de lo más interesante. Un consejo: no os molestéis en encontrar un hostal sin cucarachas, porque TODOS tiene alguna. Andan tan panchas por la calle al anochecer que de vez en cuando una se cuela en el hostal. Te acostumbras enseguida, en serio.
- La luz y los cielos. No sabemos muy bien por qué, pero la luz en Australia es especial, y las puestas de sol magníficas, las más bonitas que hemos visto nunca. La calidad de la luz se nota también en las ciudades, que tienen una atmósfera mucho más clara de lo normal.
- Lo que nos dejamos por ver. Nos ha quedado la sensación de que el norte de Australia, con Darwin y el parque nacional Kakadu a la cabeza, es donde realmente está la "aventura furgonetera" australiana que nos imaginábamos y que no hemos podido ver. Quizás sea porque allí están todos los cocodrilos del mundo, de los que no hemos visto ni uno sólo en libertad (sin pagar) pese a que los hemos buscado por todos lados. En Queensland se supone que también hay, pero en sitios inaccesibles a los que no pudimos llegar. En general hemos echado en falta un poco más de naturaleza: ver ballenas, tortugas incubando en la playa, cocodrilos... Pero por falta de tiempo, falta de presupuesto (moverse aquí es muy caro) o porque no estábamos en la época adecuada no hemos podido verlo todo. Aún así no nos quejamos, porque hemos visto en libertad multitud de koalas (estamos over-koaled, que dicen por aquí), canguros, wallabys, possums, lagartos, etc... Si te dicen que en tal área hay tales bichos, no tardas mucho en verlos. Eso sí, o vas expresamente a su hábitat o difícilmente los verás. Ni siquiera los canguros son fáciles de ver, excepto los que se acumulan atropellados en los arcenes de las carreteras
Cómo moverse.
O la magnitud de la tragedia. Australia es taaaaaan grande que pese a que es un factor que ya conoces no acabas de interiorizarlo y te la pegas una y otra vez con las distancias y los precios del transporte. Ejemplo: los mapas. Nos compramos un atlas de sitios de acampada de cerca de 200 hojas e infinidad de planos detallados, y en cada uno de esos planos infinidad de sitios para acampar, muy cerca unos de otros. Eso nos pareció al comprarlo. El primer día de furgoneta, cuando nos disponíamos a buscar un sitio para dormir, nos dimos cuenta de que los dos puntitos de acampada que parecían tan cercanos estaban a más de cien kilómetros de distancia uno de otro, y de que sólo salían las carreteras principales. Imposible encontrar un sólo sitio de acampada. Nos fuimos a dormir a la una de la mañana en un área de pícnic, tras hacer unos 100 km de curvas. Otro ejemplo. Para salir del Outback nos hicimos con una furgoneta de relocation (es decir, gratis) que nos permitía ir desde Alice Springs hasta Sidney en 7 días, un chollazo. Cuando hicimos números nos dimos cuenta de que la distancia a recorrer (queríamos pasar por Adelaide y Melbourne) era la misma que de Barcelona a Moscu, a razón de 700 km diarios. Y más de 600 € de gasolina!! Por suerte la pudimos cambiar por otra más manejable que nos llevaba hasta Adelaide en 4 días (220€ de gasolina) y desde allí encontramos vuelo a Sydney por unos 60 € cada uno. Algo más barato pero sobretodo menos agotador. Más ejemplos. Conseguimos una relocation para ir desde Brisbane a Cairns en la que además nos daban AUS$250 para gasolina. Nos fue de maravilla. Pero una vez en Cairns volvimos a bajar para ir a la Magnetic Island (no nos daba tiempo a parar con la relocation), que quedaba unos 400 km hacia el sur. No había billetes de autobús, y los de tren estaban casi agotados. Nos costó unos 100 euros el viaje a cada uno, en el tren más lento del universo.
Los consejos son obvios: viaja lo justo en coche o furgoneta y utiliza el avión siempre que puedas, es el medio más barato, más aún que los autobuses o los trenes. Además, conducir en Australia no es una experiencia que valga la pena, los paisajes son muy homogéneos y aburridos. No es para nada como viajar por Nueva Zelanda. Excepciones: un viaje hacia o desde Alice Springs vale la pena para experimentar el desierto, y además, el avión hacia allí siempre es caro. Pero hacerlo en autobús con un viaje organizado puede ser igual de interesante y mucho más barato. Y sobretodo, la Great Ocean Road, que es ideal para hacer con calma con una furgoneta ya que en realidad haces pocos kilómetros y muy bonitos. Posiblemente la zona de Darwin también sea interesante con furgo, pero no lo hemos podido comprobar. En general, Australia no nos ha parecido nada recomendable para hacerse en coche o furgoneta. Es más, nos encontramos con una pareja catalano-alemana que se había recorrido toda australia en furgoneta en un par de meses y que parecían haber tenido una experiencia totalmente negativa. Olvidad todas las tonterías que ponen en la Lonely Planet sobre comprar un vehículo y luego revenderlo, no vale la pena a menos que estés un año aquí y tu promedio de km viajados por día sea muy bajo. En caso contrario pesará más el gasto en gasolina que cualquier otro.
El avión es el medio ideal para ir de punto a punto, y una vez en la zona ya puedes investigar si te sale a cuenta una furgoneta, un coche de alquiler o simplemente apuntarte a los viajes organizados que te van a buscar a la puerta del hotel y te llevan a ver la isla, los cocodrilos, el Uluru, o lo que demonios quieras ver ese día. Virgin Blue y JetStar tienen vuelos muy frecuentes y baratos (unos 60 €) entre las principales ciudades australianas que no necesitan ser comprados con mucha antelación. La excepción es Alice Springs, donde cuesta unos 200 € aterrizar. Ojo también con los periodos vacacionales porque te puedes quedar sin billete, tanto de avión como de tren y autobús. Aquí la gente migra en masa desde o hacia las ciudades.
Cuanto cuesta
El factor que encarece Australia respecto a Japón o Nueva Zelanda, nuestros destinos anteriores, es justamente el transporte, y no porque tenga precios abusivos, sino porque las distancias son enormes. En concreto, viajar al Uluru te puede salir por el doble que cualquier otro destino austral. Por el resto de conceptos, Australia no es un país excesivamente caro en comparación con los precios españoles, y aún así es el sitio más caro en el que hemos estado hasta ahora. Nosotros nos hemos movido en temporada alta, durmiendo en backpackers en habitación doble por entre 30 y 40 euros la noche. En Sydney el alojamiento ha sido más caro, unos 50 € la habitación doble. Al disponer de cocina en los hostels no hemos comido demasiado fuera, pero en los foodcourts de los centros comerciales lo normal era gastarse unos 6 € por comida individual. En restaurantes de verdad, unos 12 € el plato, así que ni nos hemos acercado a una mesa con mantel. Cocinándote tú te puedes ahorrar más o menos la mitad que en los takeaways, siempre y cuando compres exactamente lo que vas a consumir. Si no, acumulas y acumulas y al final te vas del hostal y tienes que tirar la mitad de la comida.
El transporte público en las ciudades suele ser caro y no hemos encontrado abonos lo suficientemente baratos como para que nos salga a cuenta. P ej, en Sydney 2 euros un trayecto en tren desde el hostal hasta el centro (2 paradas). En Melbourne otros 2 euros por un bono de 2 horas dentro de la ciudad. Hemos andado bastante. El taxi no es mucho más caro que en España, pero evidentemente no es algo que puedas usar regularmente si quieres mantener un presupuesto ajustado. Los trenes y autobuses de largo recorrido son muy caros y el tren además muy lento. Alquilar una furgoneta te puede costar diariamente unos 50 €, pero debes sumarle el coste de la gasolina, que suele ser muy importante, y el del camping (si lo usas), que es mas moderado. Una cosa está clara, aquí sale más caro hacer km buscando un sitio para dormir gratis(con excepciones) que dormir en camping. En el Uluru alquilar una furgo 4x4 nos costó el doble, 90 € al día, y el primer día nos gastamos casi lo mismo en gasolina. El cine es carísimo, unos 10€ (y otros 4 de palomitas si te quieres dar el lujo). Una cosa "buena" de Australia es que probablemente no te gastes mucho dinero en compras, ya que no hay casi nada que valga la pena comprar. Como es habitual, lo de salir de marcha es algo que no hemos experimentado, así que no os podemos informar. Internet es muy barato en las ciudades (casi gratis en Cairns, 1€/h) y muy caro en el Outback y en los campings (hasta 12€/h).
Nuestro presupuesto promedio diario ha sido de 70 €, bastante más que en Japón (50€, con 10 kg de compras incluidas) y N.Z. (60 €). En el Uluru el presupuesto ha ascendido a más de 100 € diarios, lo que sin duda ha aumentado el promedio considerablemente. Creemos que sin el viaje al Outback el gasto hubiera estado en unos 60 € diarios, más o menos como en N.Z.. Sin excursiones (barrera de coral, Magnetic Island, etc...) podríamos haber estado en precios de Japón, pero son justamente esos gastos los que han merecido la pena. La verdad es que la relación precio/satisfacción ha sido bastante más baja que en los anteriores destinos. Una pena, porque pensábamos que Australia sería mucho más interesante :(