jueves, 6 de diciembre de 2007

La risa de la Kookaburra

En un post anterior dije que Brisbane nos recordaba algo a Barcelona. En realidad lo único que tienen en común es que son ciudades llenas de gente con edificios "de ladrillos", un clima algo bochornoso en verano, y quizás algunos edificios altos que parecen diseñados por el mismo arquitecto (tipo Diagonal Mar). Pero supongo que la escasez de ciudades en N.Z. nos condicionó un poco, porque en el resto son muy distintas. Para empezar, los edificios históricos de Brisbane son más modernos que nuestra casa de Barcelona, o lo que es lo mismo, tienen poco más de un siglo. El centro de la ciudad alterna edificios antigüos con algunos rascacielos, iglesias y multitud de centros comerciales interiores. Las calles centrales están dominadas por restaurantes y bares con terraza que desaparecen a partir de las 5 de la tarde, dos horas antes de que se haga de noche, y que hasta esa hora están abarrotadas de gente de todos los tipos y colores (y no son turistas!). Pero donde realmente se notan los 15.000 km de distancia es en los barrios residenciales y en sus casas de hierro y madera que recuerdan un poco a las de Louissiana. Y en la vida natural, claro.

Para que os hagais una idea de como es esto os diremos que aquí la expresión "matar dos pájaros de un tiro" es símil de desperdicio, porque si disparas al aire aleatoriamente lo normal es que caigan por lo menos cuatro bichos, y ninguno de ellos de menos de 2 kilos. Nuestra pensión, situada a diez minutos del centro y a diez minutos de Chinatown, se llama Kookaburra Inn en honor a uno de los pájaros que al parecer abundan por aquí, la "Kookaburra que ríe". Son unos bichos parecidos a los pelícanos, algo más pequeños, con una cabeza aparatosamente grande y un pico que parece sonreir. Cuando llegamos nos hizo gracia, y confiamos en poder ver alguna en los 7 días que íbamos a pasar aquí. Nuestra habitación está al lado de un patio rodeado de árboles y plantas, y como en la habitación hace bastante calor nos hemos salido fuera a cenar, desayunar y a escuchar a los "pajaritos", aunque esto último no era necesario porque desde la habitación se oían exáctamente igual que si estuviéramos en la selva. En realidad en la primera noche casi no nos dejaron dormir con sus chillidos, peleas y ruidos de ramas a punto de quebrarse. También hemos compartido patio con un sapo con capacidades vocales similares a las de Pavarotti. No hemos llegado a verlo porque parecía estar enterrado bajo tierra, pero ahora ya sabemos que si le tiras dos o tres vasos de agua encima se tranquiliza y se calla hasta que vuelve a tener sed. IMG_0635

El día siguiente lo pasamos dando un paseo por uno de los parques paradisíacos que tienen por aquí, con sus laguitos, árboles de todo tipo, bancos, pérgolas y demás. De los diez tipos distintos de pájaros que vimos los únicos mínimamente reconocibles para nosotros eran las palomas y las urracas, el resto parecían todos mutantes, especialmente unos muy grandes y desgarbados con pico en forma de hoz que luego descubrimos que se llamaban ibis. Entre pájaro y pájaro nos dimos cuenta de que inmóviles en las piedras en las que daba el sol, junto a las que estábamos sentados, dormitaban unos lagartos de entre 30 y 70 centímetros de largo que al principio confundimos con iguanas. Creo que no llegamos a gritar. Cuando empezó a ponerse el sol y los lagartos se metieron en el agua nos fuimos de vuelta al hotel, donde compartimos cocina y comedor con una pareja de Taiwan. Ellos también habían estado oyendo ruidos por la noche, y el chico estaba seguro de que se trataba de la misteriosa kookaburra porque en el mercadillo había encontrado un libro de animales australiano que al abrirlo emitía el ruido del animal que aparecía en cada página, y uno de ellos era la kookaburra. Total, que nos fuimos a la cama acompañados de nuevo por la risa de la kookaburra, que en teoría era algo así como "kukukukukukukakakkakakaaaaa" pero que a nosotros nos sonaba más bien como "ñiñiñiññiñiiiiiiii". Y más que reirse parecía que se peleaban. Yo esa noche soñé con murciélagos y volví a dormir más bien mal.

Eso fue anteanoche. Ayer por la mañana nos dedicamos a buscar una guía de animales por las librerias de Brisbane, que finalmente encontramos. La verdad es que teníamos mono de librería, y las de Australia están muy bien. Dimos vueltas varias, nos conectamos a Internet y empezamos a planificar el resto de nuestra visita a Australia. La vida en Australia no es tan cara como nos pensábamos. Comemos por 4 o 5 euros y dormimos por unos 20 cada uno. Yo hasta fui al cine por menos de 6 euros. Pero las distancias son tan largas que moverse de un sitio a otro resulta carísimo, especialmente al outback, donde está el Uluru. Hemos calculado que aquí nos vamos a tener que gastar un 35% más que en N.Z. o Japón, y eso que ya nos hemos aprendido algunos truquitos. Por ejemplo, de Brisbane a Cairns (1000 y pico km) iremos en una caravana de relocation que nos sale casi gratis y en la que además nos pagan la gasolina. El único problema es que te dan pocos días (6, 4 gratis y 2 de pago que hemos añadido nosotros) para tantos kilometros, y se trata de una de las zonas que más vale la pena. De Cairns a Alice Springs (en el desierto central) iremos en avión, y desde allí alquilaremos un 4x4 con cama para ver la zona durante 10 días, a precio de oro. Esperamos poder salir de Alice Springs en otra relocation con destino desconocido, pero no lo tenemos claro aún. En cualquier caso, ya empezamos a mentalizarnos de que si en algún sitio nos vamos a dejar más dinero del pensado va a ser aquí. Carol insiste en que son más o menos los números que hicimos antes de empezar el viaje, y tiene razón, pero...

Tras superar la depresión de los numeritos nos volvimos para el hostal cuando ya anochecía, pasando antes por el supermercado para comprar la cena. Al salir volvimos a oir el sonido de las kookaburras, en plan masivo, pero seguíamos sin verlas. No habíamos andado ni dos minutos cuando Carol dijo "¿¿¿Qué es eso de ahí arriba???". Por el cielo, a unos 30 metros de altura, revoloteaban graznando una especie de cuervos grandotes que no eran cuervos. Eran unos pedazo de murciélagos del tamaño de un gato, que entre ala y ala se acercaban al metro de envergadura, revoloteando alrededor de un árbol de tres pisos de alto que temblaba cada vez que uno de ellos se colgaba a descansar. Por un momento me dieron ganas de decir "A la batcueva, Robin!", pero en ese momento caí en la cuenta de que posiblemente las kookaburras de nuestra batcueva se reían raro porque no eran kookaburras sino murciélagos gigantes, así que en el hostal no íbamos a estar mucho más seguros. Nos quedamos un rato debajo del árbol intentando sacar vídeo o fotos, pero ya estaba demasiado oscuro. Hoy hemos vuelto a dormir al arrullo de los murciélagos gigantes, pero por lo menos yo ya no he tenido pesadillas.

Y mañana nos vamos a la reserva natural de Koalas de Lone Pine, donde se supone que hay bichos de todo tipo. Me parece que no va a haber mucha gente... para que van a ir aquí al zoo si los tienen en cada jardín??

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Eiiii com esteuuu!
demà em reincorporo a la feina, necessito dosis constants de Asiasido per poder tenir alguna motivacio alternativa per obrir l'ordinador.Donde están los post¿¿¿¿¿¿¿¿¿ Si hace falta os hago una transferencia y os pago algun camping para que cargueis la bateria del ordenador y podais escribir..!Només us perdono que no escriviu sovint si esteu al mig del desert d´ Australia y no hay tu tia.
petons guapos

Marta

Al. dijo...

Es que estamos todo el dia subidos en una frugoneta de relocation que es taaaaaaan laaaaaargaaaaa que no se puede acercar delante de los cibercafes :)
A ver cuando podemos subir un video chulo chulo que tenemos de bichos de N.Z....
Besitos!

Anónimo dijo...

Hola chicos.
Aqui Oscar desde NZ, buen viaje y no dejeis de hacer una paradita en Mission Beach, antes de Cairns, acojonante! Y si pudierais seguir hasta Cape Tribulations ya seria la leche, porque para mi modesta opinion Cairns no vale mucho.
A mi solo me quedan 10 dias en NZ, sniff... despues de dos meses se me va a hacer dura la vuelta, me dais una envidia. Mucha suerte y pura vida!
Oscar

Anónimo dijo...

Vaya con los murciélagos gigantes !! la Chili se volvería loca...
A Lua le gustó la foca en el camino pero como las vacas amaestradas nada.