lunes, 3 de diciembre de 2007

Los Kiwis, la comida y los viajeros del camino

En un post anterior un lector anónimo nos reclamaba más información sobre gastronomía neozelandesa y sobre la gente que hayamos conocido en tierra de los Kiwi. Da para un post de cuatro líneas como mucho, así que habrá que rellenarlo un poco para que quepa por lo menos una foto.

En 40 días por aquí lo único que hemos podido averiguar sobre la cultura gastronómica neozelandesa es que o no existe o la tienen muy escondida. Lo más parecido que hemos visto a cocina local han sido los take-aways y fish and chips de comida rápida. Restaurantes con mesas, sillas y manteles sólo hemos visto thailandeses, camboyanos, malayos o turcos, así que lo poco que sabemos lo hemos deducido de los supermercados y de las guías de viaje. En el primer super que visitamos nos dimos cuenta de que los formatos dominantes eran los king-size, giant-size y elephant-size, especialmente si se trataba de salchichas, bacon, jamón o cordero. Suponemos que como los núcleos de población son muy poco densos las familias bajan a abastecerse a los pueblos cada dos o tres semanas y lo compran todo por toneladas. También es cierto que la corpulencia y, por que no decirlo, el sobrepeso evidente del 70% de los neozelandeses nos induce a pensar que aquí la gente come bastante a lo bruto. Las salchichas de todo tipo y tamaño predominan sobre el resto de productos del supermercado, aunque la verdad es que también tienen una buena variedad de verduras y frutas que seguramente usan como decoración. Sabemos también que en algunas regiones tienen mucha fama los crayfishes (una especie de cangrejos) y los whitebait. Estos últimos son una especie de anguilas pequeñas y transparentes, casi fideos, que se pescan con una red parecedida a un cazamariposas y se venden por litros. Al parecer los fríen rebozados en harina y los comen enteros, ojos incluídos, a modo de delicatessen.

Las librerías que hemos visitado, todas ellas clónicas y más bien poco provistas, también nos han servido para sacar algunas conclusiones respecto a la dieta neozelandesa. Al parecer aquí una buena comida no se va a comprar al super de al lado de casa, sino que se va a buscar a su origen, ya sea éste una montaña de 2000 metros, un rio inaccesible o las rocas de un acantilado. Hemos visto varios libros de recetas en los que la primera parte de cada una de ellas consiste en un mapa con la zona de pesca o caza recomendada para obtener los ingredientes y en los que las fotos no son del plato acabado sino del producto vivo, del paisaje o de los cazadores en plena tarea. Es normal que con tanta afición al campo haya infinidad de revistas sobre pesca y caza, pero nos ha sorpendido lo especializadas que llegan a ser. Las dedicadas en exclusiva a la caza del jabalí son las que más nos han impactado. En primer lugar porque no entendemos como puede haber mercado para cuatro revistas distintas sobre caza del jabalí si son menos de cuatro millones de neozelandéses, y en segundo lugar por la bestialidad de las imágenes que publican, llenas de machetes ensangrentados, cazadores posando mientras destripan a sus presas o adolescentes acarreando a la espalda jabalies que son casi más grandes que ellos.

En realidad nuestra relación con la comida neozelandesa ha sido bastante puntual, casi tan puntual como nuestra relación con los Kiwis, con los que sólo hemos hablado para pagar en las gasolineras, campings y supermercados. En contadas ocasiones la conversación se ha alargado más de lo justamente necesario, en los más de los casos porque el kiwi iba a lo suyo y en otras porque el idioma les tiraba para atrás. Era curioso ver como los kiwis más extrovertidos y campechanos se iban haciendo pequeñitos cuando se daban cuenta de que no eras de allí y, sobretodo, no les entendías ni la mitad de lo que decían en su cerradísimo inglés. En cuanto veían que la conversación iba a ser un poco complicada se les mudaba la cara y empezaban a dar pasitos hacia atrás disimuladamente, como queriendo huir. Viniendo de Japón, donde la gente te entendía y se hacía entender con cuatro palabras, nos ha resultado doblemente chocante que en Nueva Zelanda fuera tan problemático comunicarse, así que entre eso y los días y días que nos hemos pasado aislados en el campo no es de extrañar que se nos soltara la lengua en cuanto encontrábamos una oportunidad.

Que la verdad es que no fueron muchas. Aparte de los días que pasamos con David y Marta sólo hemos tenido conversaciones más o menos largas con la jefa del caping Top10 de Whangarei, que había vivido en Barcelona hacía muchos años y hablaba castellano, con el dueño del camping de Dunedin, que había visitado Barcelona y la Costa Brava ese mismo verano y con la chica de Ezy Rentals que nos llevó al aeropuerto, que estaba enamorada de Barcelona. Es que Barcelona aquí triunfa bastante (bastante más que Madrid :P) y en un libro que ojeamos incluso hablaban de mi barrio del Clot, concretamente de la estación de cercanías. La autora decía algo así como "Con un nombre como Clot (boquete) era evidente que se tenía que vengar del mundo y hacérnoslo pagar de alguna forma. Estuvimos perdidos allí durante dos horas...". Lástima que la señora no pueda estar allí ahora y ver como ha mejorado el servicio de cercanías en estos últimos diez años... XD.

En fin, que con los kiwis no hemos hecho muchas migas. Con los viajeros del camino algunas más. Coincidimos con dos valencianos muy majos (Carla & company) en la cocina del camping del Tongariro. Estaban un poco atabalats porque tenían quince días para ver toda Nueva Zelanda y andaban liados con planos y timings, pero tuvieron tiempo para dejarnos unos platos y cubiertos que nos habíamos olvidado en la caravana (gracias!). Luego, mientras veíamos los pancakes de Punakani (¿?) con David y Marta, conocimos a cuatro catalanes talluditos, que nos triplicaban en energía, que llevaban un plan muy similar al nuestro y que se notaba que también tenían ganas de hablar. De ellos aprendimos una nueva palabra que se nos ha quedado grabada y ya no vamos a dejar de utilizar: "los powers", que equivalen a una unidad de la moneda local del sitio en el que estás. ¿Cuanto vale esto? 20. ¿Pero 20 que? ¿20 euros, 20 yenes, 20 rupias, 20 dolares...? 20 powers, y así no tienes que concentrarte en recordar que moneda estás usando en ese momento. Genial, sobretodo cuando cambias de país con más frecuencia que de ropa interior. Nos intercambiamos consejos y aventurillas varias y tras apuntarnos los mails los integrantes del equipo "Mejillón" seguimos para el norte mientras el equipo "Powers" bajaba para el sur. Semanas más tarde nos volvimos a encontrar en Queenstown, como no, en los lavabos públicos y ahí se nos acumuló el trabajo, porque todos teníamos ganas de hablar pero... unos se tenían que ir al aeropuerto, otros estuvimos mirando un transformador que no funcionaba, comparando rutas, etc.. y todos teníamos que pasar por el lavabo, que por eso estábamos allí. Nos despedimos de Maite, Manu & Powers conscientes de que iba a pasar tiempo hasta que volviéramos a conversar con alguién más y con la esperanza de reencontrarlos en Indonesia, Malasia o cualquier otro rincón de Asia.

Lo mejor y lo peor de Nueva Zelanda es que aquí la gente es casi una anécdota. Aunque hemos disfrutado muchísimo con los paisajes, las caminatas y los animalejos (hasta el punto de que creemos que jamás encontraremos un país comparable) hemos echado en falta el dinamismo y la sobreestimulación de las ciudades. Ahora, recién aterrizados en Brisbane , que nos recuerda vagamente a Barcelona, somos más conscientes todavía de lo urbanitas que somos, y de lo mucho que nos gusta sentarnos en un banco y ver pasar a la gente. Por cierto, lo de que casi todos los australianos tienen un antepasado carcelario tiene pinta de ser verdad, al menos a vista de banco callejero...







Comunicacion estilo Kiwi

6 comentarios:

Al. dijo...

P.D. Cambio foto de sobrinos por video con pinguinos y leones marinos. Razon aqui.

Anónimo dijo...

Firmo totalmente este post, nosotros solo hemos estado en NZ 26 dias pero nos hemos llevado la misma impresion.

Anónimo dijo...

Jajajajaja! What a great video. I'm glad to see you're both having such a great time.

I don't know if it was intentional (or was it just playing on the stereo?), but that soundtrack of ELO's Mr. Blue Sky fit perfectly--like some kind of Wes Anderson film, jeje. I guess you've gotten my mp3's, eh? I have many many more, claro. Phone home, ET! :)

Anónimo dijo...

Es curioso ver como todos los anglosajones, vivan donde vivan, tienen en común formas de ser muy parecidas, y pesos tendentes al del animalillo que no os dejaba pasar. Supongo que los hispanos seremos parecidos tb, aunque no nos demos cuenta. Habrá que preguntar a algún sajón.
Acabo de darme cuenta tb, por cierto, que vosotros citabais a los amigos en NZ para Navidades pq ibais a estar en Australia. Es malo perderse en Aranda de Duero, pero en Auckland da canguele, no deberíais ser tan malignos.
¿En Semana Santa donde hay que ir para veros? ¿a Beirut?

Carol dijo...

It was playing on the stereo, as I Told you your Pop will set you free compilations are the soundtrack of our trip. Alberto is in fact editing another video with another song you might recognize which fits perfectly with the images. I havent been able to connect to our ftp site yet thats why I didnt tell you anything about the mp3s :( but as always, thankyouveryverymuch :D
(Tell Kathy to read a book titled The fifth business, I think she might enjoy it)

calycanto, es que de haber acudido a la cita nosotros habriamos retrasado nuestros planes, pero como nadie ha hecho intencion de venir...

Jessica dijo...

Ya sé que hace bastante tiempo de este blog, pero me ha encantado! nosotros iremos de Luna de miel este noviembre por lo que optamos por coche+hotel (ojalá pudiera tomarme un año sabático...) Mi duda es... la oferta para comer vegetariano es viable? solo oigo hablar de lo buena que es la carne y el pescado. Me ha encantado vuestro blog, tenemos varias cosas en común como el ser vegetariamos (solo yo), tambien trabajamos en el mundo de la informática, nos gustan los videojuegos y el señor de los anillos y somos más urbanitas de lo que queremos creer jejeje