jueves, 25 de octubre de 2007

Naturaleza 1 Asiasido 0


Ayer teníamos planeada nuestra primera actividad en Nueza Zelanda. Aquí para cada sitio tienen actividades a cada cual más bruta y en cada sitio siempre hay una que es propia de la región. En Bay of Islands, que es donde estábamos, lo suyo era montarse en un barco, ir a buscar delfines y nadar con ellos. Para nosotros, que lo más cerca que hemos visto un delfín ha sido en el acuario del zoo en piscina 2x2 o en las pelis de Walt Disney, verlos en el mar era toda una experiencia. La noche de antes teníamos el acojone a la vez que la emoción de pensar que al dia siguiente un monitor de actividad sádico, que lo son todos, nos iba a empujar al agua en medio de un océano plagado de delfines. Por la mañana, uy, que si está nublado, uy, que a mi me duele un poco el pie, nos hacíamos los remolones, pero finalmente sacamos coraje de algún sitio y nos apuntamos en la recepción del camping a la excursión Dolphin Adventures. Después de eso, como decía Alberto, la valentía catalana, que proviene del hecho de haber pagado ya, nos impidió echarnos atrás. Nos recogieron en un barco con 7 u 8 turistas más y marchamos en busca de los delfines. Una monitora de nombre Floppy y arpía como ella sola nos explicó todo lo que había que saber y salimos. Como a los 10 minutos no habíamos visto nada, los de la pareja de turistas de Hong Kong que venía se durmieron, como buenos asiáticos. Daba gusto verlos dar cabezadas mientras los demás saltábamos en nuestros asientos al ritmo de las sacudidas del barco. Tras dos horas y yo a punto de zamparme mi bocata de nocilla pensando que allí no había nada por ver, de pronto alguien gritó allí allí, y vimos un grupo de delfines. Era alucinante verlos nadar a los lados del barco. La malvada Floppy entonces dijo, hale, quien va a nadar. Y todos, menos dos abuelos, levantamos la mano. Nos enchufaron los neoprenos y nos hicieron saltar.

Yo, personalmente, duré en el agua 3 segundos, Uno que tardé en saltar y dos en remontar para subirme al barco de nuevo. Detrás mío Alberto duró 5, porque salta más lejos. La leche, que fría estaba el agua. Mira que nos había avisado que estaba a 15 º, pero yo pensé, bah, una vez dentro grado más grado menos, y cuando salté al agua lo último que pensaba es que estaría congelada. Pero es que fue caer y pensar, madre mía, yo con este frío en 10 segundos me paralizo y me muero. Me veía la barra de la vida descender por momentos, como en los juegos de ordenador. La odiosa de la monitora nos miraba con cara de ay, qué blanditos son estos. Ahora, que 30 segundos después de nosotros subieron el resto, ateridos de frío y alguna llorando y todo. Bueno, todos menos dos chavales de unos 17 años pero porque están en la edad de la inconsciencia, que en el caso de los neozelandeses es doble inconsciencia.

En resumen, la excursión estuvo muy bien y saltamos al agua, que es más de lo que pensábamos que haríamos, con lo acojonados que somos. Mañana intentaremos apuntarnos a otra actividad, esta a más de 15º, que es lo nuestro. Se llama sandboarding, y es como hacer surf pero en las dunas de la playa.

No he explicado por que nuestra monitora era mala, pero lo cuento ahora. Aquí nos hemos encontrado con un tipo de persona, sobre todo mujeres, que te saludan en plan "hellooo deaaar" con una sonrisa-mueca que en el momento que les desaparece de la cara da paso a un rictus de malvada de película. Como lo cuento. Las recepcionistas de los campings, a excepción de una, han sido de este tipo hasta ahora. En uno, una malvada nos intentó colar una plaza de superlujo, más cara por supuesto, y al decirle que nos cambiase a la barata, pasó del hellodear al reino del mal en un segundo. Daba miedo y todo. La monitora era de este tipo pero en plan ecologista, que es peor.

Ayer, después de lo de los delfines vinimos a donde estamos hoy, que es una pedazo de península que se llama Karikari, en un sitio llamado Whatuwhiwhi. Los nombres de sitios neozelandeses son muy exóticos en su mayoría y nos cuesta un montón memorizarlos. Cada día hacemos unos pocos kilómetros. Las carreteras no están mal pero tienen muchas curvas y como la furgoneta tampoco corre mucho, las distancias se agrandan. Tampoco tenemos mucha prisa y además los paisajes son increíbles, con lo que vamos entretenidos todo el rato. A cada curva hay vacas y ovejas y gran parte del paisaje es estilo Hobbiton, del Señor de los Anillos (Felicidades Jano!).

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo creo que tardasteis tanto en ver a los delfines porque en la carrera de los peces ya se sabe que el último es el delfín. Lo que me sorprende es que no digas nada sobre cuantos visteis de los que llegan primero (Dejo el chiste para mentes retorcidas)
Hay tb una canción de Crowded House que se llama Kare Kare, que no se si es lo mismo que Karikari, pero debería.
Finalmente, en cuanto al tema de monitores diabólicos, yo el peor que conozco es el de Poltergeist, que hasta se devoraba a ingenuas niñas. Tampoco creo que el de Ismael, este impenitente seguidor vuestro, esté falto de culpa.
De lo que no cabe duda es que en el caso de monitoras, mucho mejor con curvas que plano.

Unknown dijo...

Pues lo que veo en mi monitor está cada vez más interesante, me ha gustado mucho el intento de nadar con los últimos peces y me pregunto cómo será lo del surf sobre las dunas. ¿Se parecerá a los paseos que se pegaba Muad-dib montando gusanos gigantes en Dune? Lo que está claro es que al menos no pasaréis frío. ¡Espero impaciente la siguiente entrega!

Anónimo dijo...

jajajajaja....nos tronchamos cada vez que leemos un post...guardar la resenyas(es que no hay enye) q nosotros nos apuntaremos fijo a dar un rulito con la arpia, ay, quise decir un banyito con los delfines...