sábado, 6 de octubre de 2007

Osaka


Estamos en Osaka, la ciudad de la comida y de los neones. Por lo que vimos ayer parece que hubiera crecido desde los márgenes del río hacia afuera y esto, unido al considerable caos de gente y neones, le da un aspecto portuario muy curioso. Así como Tokyo es bastante ordenada, en Osaka uno espera encontrarse cualquier cosa. Ah, y yo creo que hay que verla de noche por primera vez paa que la impresión sea mayor. De día estoy segura de que pierde en encanto, pero aún no lo he comprobado.

Lo que es obvio en Osaka es que la comida es importante. Se le llama la ciudad del Kuidaore, que según el folleto que me han dado esto es, y pongo la frase exacta en inglés porque no tiene desperdicio "ruining oneself by one's extravagance in food" (en castellano creo es algo así como "echarse a perder por las extravagancias de uno con la comida"). Asi que cuidao con el kuidaore.

Ayer, para probar esto de echarnos a perder, nos fuimos a un okonomiyaki que venía en la guía Lonely Planet. Yo creo que es el primer día que hemos consultado la guía para comer, pero en Dotombori, el centro de Osaka, había tantos locales que teníamos muchos número para acabar en un tugurio malo y caro. El sitio al que fuimos no estaba mal, aunque aquí el concepto de vegetariano es libre. Alberto pidió un okonomiyaki sólo verduras y la camarera le dijo...ermm..sin carne? no...sin pescado? no...ermm, mira, eso no lo tenemos pero te pongo uno de cerdo y queso y no te ponemos el cerdo. Vale, perfecto. Diez minutos después teníamos el okonomiyaki encima de la mesa, sin cerdo, pero con una capa de bonito de 3 centímetros. Arggg. Le decimos, oye, que esto tiene pescado. No hay problema. Se lo pasó al cocinero que con una espátula zas zas cogió y apartó todo el bonito. Hale, listo. Como véis en Japón es muy fácil sentirse como en casa.

Ya con el estómago lleno seguimos pululando por Osaka y como ya no puedo comprar nada, primero porque el Japan Rail Pass con el que estamos viajando por Japón reduce bastante nuestro presupuesto y segundo porque ya hemos enviado 13 kilos de compras a casa y más es abusar (esto no lo pienso yo, me lo dice Alberto). En fin, que como no puedo comprar, pues me estoy fundiendo el dinero en recreativos. Japón es el país del consumo, y donde fueres haz lo que vieres, no? Ayer jugamos a una máquina de tambores que ya hemos probado antes, donde tienes que seguir el ritmo a golpe de bombo. Adentrándonos más en los recreativos, encontramos unas supermáquinas que quisimos probar a toda costa. Era de robots Gundam, que aquí son muy famosos. Ocho supercabinas individuales con pantalla estilo IMAX y asiento de piloto desde la que cada jugador manejaba su robot, que era como Mazinger Z, y se enfrentaba al resto de jugadores divididos en dos equipos. Me he explicado? Pues a mí tampoco me quedó muy claro, pero un japonés se nos acercó y nos estuvo explicando cómo funcionaba todo, con qué mando andabas, con cuál disparabas, con el pedal que acelerabas.. Nos decía, el pedal de la izquierda para DUSH, y lo escribía tal cual, hasta que ya entendí que quería decir RUSH. Esto es bastante frecuente, en Yodobashi Camera los letreros decían ELECTLONICS. Ni hecho a propósito. El caso es que si no hubiera sido por las explicaciones de este chico no hubiéramos sabido jugar. Cuando nos tocó el turno se metió conmigo en la cabina para explicarme como unirme al equipo y elegir arma y tal. E incluso me pagó la partida. A Alberto mientras tanto, metido en otra cabina, se le pasaba el turno intentando averigüar cómo iba el invento. Es lo que tiene el cromosoma Y, que es fatal para estas cosas. Aquí podéis ver cómo se juega y aquí una pequeña explicación del juego. Ah, y para más tela se juega online, es decir, estás jugando con jugadores de todo Japón, no sólo de los recreativos donde estás.

Por último hacer mención del guesthouse donde estamos alojados. Decir que el dueño ha cogido un piso y cada habitación la ha dividido en varias, con paredes de contrachapado. Así, tal cual. Nosotros dormimos en un cubículo de madera y corcho (no, no está forrada de corcho, el corcho es el único elemento de la pared) con dos literas. Si abrimos la puerta, que es corredera, el vecino no puede salir, porque las hojas de la puerta son compartidas. Si desenchufo un enchufe, le quito la luz (o el ventilador, aún no lo sé) al vecino. Si saco la mano por la ventana, toco el edificio de enfrente. El vecino no puede lavarse los dientes a la vez que yo desayuno en la cocina porque me saca un ojo con el codo. En la terraza, bueno, lo que alguna vez fue terraza, ahora hay 9 literas. Y lo que es increíble es que tanto los que duermen allí como nosotros hemos pagado por estar aquí.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No vale estar tantos días sin escribir, que nos hemos tenido que ir a un restaurante japonés a cenar para quitarnos el mono. Yo ya tengo claro que si voy a esos paises meto un par de tenedores en la maleta.
Sé de uno de 13 años que si ve los videos del Gundam ese cualquiera le convence de ir a Benidorm de vacaciones en vez de a Osaka.
Y lo de la casa..., yo creía que era imposible estar en un sitio más pequeño que el de Tokio. Creo que cuando volvais buscareis algún zulo abandonado para ser felices.

Carol dijo...

No veas la ilusión que nos hace que sigáis leyendo :) Nos acordamos un montón de vosotros, porque aquí alucinaríais. Tú ve ahorrando, sí, porque lo del Gundam es sólo una pequeña parte de la cantidad de cacharros e inventos que hay aquí.